La línea de autobús a Lavacolla tendrá parada en Renfe desde el 1 de octubre

R.m. santiago / la voz

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

Incorporará servicios en A Rosa y plaza de Galicia y anula el de Doctor Teixeiro

20 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El autobús que une la ciudad con el aeropuerto entrará desde el 1 de octubre en el ámbito de la estación de tren, garantizando así la intermodalidad entre el transporte ferroviario y el aéreo a través del servicio público por carretera, que también conecta directamente la terminal de ferrocarril con la de autobuses. La medida, promovida por la Xunta en colaboración con el Concello y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), evitará a los usuarios tener que atravesar la explanada de la estación y salvar las escalinatas que la conectan con la avenida de Lugo, donde está hasta ahora la parada para esa zona, que se anulará.

En adelante, los viajeros del tren apenas tendrán que caminar 50 metros para tomar el autobús, según apuntó ayer el director xeral de Mobilidade, Miguel Rodríguez Bugarín, quien presentó el nuevo itinerario de la línea junto con el concejal de esa misma área, Albino Vázquez. Pero este cambio no llegará solo. Desde la misma fecha se eliminará la parada de Doctor Teixeiro, aunque se ganarán otras dos que mejorarán la accesibilidad al servicio. El nuevo trayecto incorpora una parada en la plaza de Galicia, una vieja demanda de la Asociación de Hostelería para acercarlo al casco histórico, y otra en A Rosa, a pocos metros de la que desaparecerá en Doctor Teixeiro. Esta última facilitará la conexión directa con el punto de referencia en el centro urbano para el transporte metropolitano.

La cabeza del itinerario del servicio al aeropuerto estará en adelante en la estación del tren, desde donde enfilará por el Hórreo hasta la plaza de Galicia para bajar a la Rosa y tomar dirección a la avenida de Lugo. A partir de ahí se seguirá el itinerario habitual hasta Lavacolla. Pese a que el nuevo trayecto implica un mayor recorrido, la Xunta espera que sea asumible dentro de la frecuencia de 30 minutos actual. De no ser así, se estudiarían las nuevas necesidades para mantener esos horarios.