Currás afirma que el urbanismo del último decenio no tuvo «mesura»
22 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El Ayuntamiento ha ejecutado el embargo del aval que la empresa Layetana tenía depositado en una entidad bancaria por importe de 2,3 millones para hacer frente a sus obligaciones con la Administración local tras la recalificación hace años de la finca do Espiño para otorgarle edificabilidad con uso de residencial comunitario. Se trata del importe que la promotora debía aportar para el acondicionamiento del parque público de ese ámbito y la rehabilitación de su palacete y cuyo pago había dejado en suspenso a raíz del contencioso que planteó esta cuando Raxoi le denegó la licencia para el desarrollo urbanístico de la parte privada por entender que no se ajustaba al planeamiento.
El fallo de aquel contencioso obligaba a la promotora a hacer efectiva esa cantidad, que le fue requerida recientemente por el Concello para asumir él mismo el desarrollo de la parte pública de la finca, dejando así sin efecto la intención inicial del actual gobierno de que fuese la propia Layetana la que ejecutase esas mejoras con ese importe, una posibilidad que fue duramente criticada por la oposición.
El embargo permite a Raxoi licitar ya el acondicionamiento del parque en base a un proyecto valorado en unos 900.000 euros, según anunció ayer el alcalde, Ángel Currás, en la conferencia que ofreció en el Fórum Europa y en la que avanzó algunas de las iniciativas de su gobierno para este mandato.
Además de insistir en la necesidad de que se adjudique el mejor proyecto de la estación intermodal según el planeamiento de la zona, de recordar que este mismo mes se encargará la redacción del anteproyecto de la nueva depuradora y que los presupuestos estatales recogen ya los proyectos viarios para Conxo y el Polígono do Tambre, Currás hizo especial hincapié en el cambio de rumbo que quiere dar en materia urbanística. El regidor tachó de «desproporcionado y sin mesura» el urbanismo del último decenio, que «no tuvo en cuenta las consecuencias económicas, sociales y ambientales de ese crecimiento masivo» y que solo generó un incremento poblacional de 921 personas en un período en el que se levantaron 9.800 viviendas.
«Santiago ha construido más de 10 viviendas por cada habitante ganado» y esa oferta de suelo no solo no ha contenido su precio sino que, «al enfriarse el mercado inmobiliario», ha dejado 7.000 viviendas vacías, afirmó el alcalde, quien sostiene que hay que ir también a una política de alquiler pensada para «jóvenes y no tan jóvenes que no podrán empeñarse en la compra de una vivienda».
Y en esa línea, la de un crecimiento «sostenible que responda a una demanda efectiva del mercado» y que tenga en cuenta la viabilidad económica del modelo urbanístico con previsiones «asumibles» en el actual contexto económico y el «equilibrio entre lo público y lo privado», irá la anunciada modificación del Plan Xeral. Al Ayuntamiento le compete ordenar y arbitrar el desarrollo, pero «no debe ser una gran promotora, como ha sido hasta ahora» y anulando «la iniciativa privada», afirmó Currás.