El exsecretario de Estado con Zapatero defiende el mecanismo del FROB e ignora posibles fallos de supervisión del Banco de España
02 jul 2013 . Actualizado a las 15:13 h.José María Campa, el que fuera secretario de Estado de Economía durante gran parte de la segunda legislatura de Zapatero, cuando se aprobó el mecanismo de intervención del FROB y los primeros cambios regulatorios que abocaron a la bancarización de las cajas, ha señalado esta mañana a los gestores de las cajas y a los fallos en los mecanismos de control de las entidades como principales desencadenates de su posterior desparición. Un escenario que, a su entender, tiene en la expansión y en las deficiencias de medición del riesgo sus causas determinantes.
La primera intervención de Campa ha suscitado una dura crítica de Francisco Jorquera, portavoz del BNG, que le ha recordado al ex secretario que pertenecía a un Gobierno central cuyo presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, se jactaba de contar con uno de los sistemas financieros más seguros y saneados del mundo. «¿Como é posible entón que facendo todo tan ben acabara todo tan mal?», le ha preguntado el diputado nacionalista. En términos similares se ha pronunciado Pedro Puy, que ha preguntado a Campa si al Gobierno no le saltaron las alarmas después de lo ocurrido en Estados Unidos tras la crisis financiera del verano del 2008. Y ha recordado que los requisitos iniciales que permitían la fusión fueron cambiados luego sobre la marcha, lo que intensificó todavía más la contracción del crédito. En su turno de réplica a los grupos, el ex secretario de Estado de Economía ha insistido en su estrategia de eximir al Gobierno de Zapatero de responsabilidades sobre lo ocurrido. Y ha recordado que los cambios abocaron a una reestructuración histórica y exitosa del sistema financiero español, que ha requerido 59.000 millones de euros en dinero de ayudas públicas, cifra equivalente al 5,9por ciento del PIB español. «Una cantidad inferior a la que han precisado otros países, como es el caso de Irlanda». Campa ha reconocido que lo que en principio parecía un problema que afectaba a entidades concretas acabó convirtiéndose en un problema sistémico.