Gestionará para Raxoi las de ruidos, limpieza, sanidad o medio ambiente
21 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El Ayuntamiento compostelano se pondrá serio en adelante en la exigencia del cumplimiento de la normativa de convivencia, residuos, limpieza viaria y medio ambiente. No es que hasta ahora no haya prestado atención pero sí asume que la limitación de medios personales para hacer frente a la tramitación de expedientes que se generan no permite que las medidas sancionadoras sean todo lo efectivas que debieran.
La concejalía de María Pardo quiere agilizar esos expedientes. Se trata de que la ciudadanía sea consciente de que incumplir tiene consecuencias. Y el camino para ello no es otro que contratar con una empresa privada el cobro de esas multas, como ya sucede con las de tráfico y como se ha tramitado más recientemente para las de carácter urbanístico.
La iniciativa tiene vía libre desde el pasado jueves, al incluirse entre las modificaciones que el grupo municipal del Partido Popular introdujo en el presupuesto de este año, para vincular los ingresos previstos con la imputación del gasto que supondrá el porcentaje que se quedará la empresa. El concurso saldrá a licitación con un máximo del 49 %, como los contratos de este tipo, y son los aspirantes a hacerse con el servicio las que tienen que bajarlo para llevarse el contrato.
El gobierno local aduce escasez de personal para asumir esa tarea de gestión de cobro de sanciones por su cuenta. Las limitaciones legales que impiden la contratación de nuevos funcionarios deben suplirse, defiende, «con fórmulas de colaboración público-privada» que le permitan cumplir «coas súas obrigacións sen que iso supoña aumentar o gasto de persoal ou o gasto corrente», según expone María Pardo en el expediente que se llevó al pleno.
La empresa adjudicataria del servicio se encargará de la gestión de las multas relativas a la potestad sancionadora en materia de medio ambiente, sanidad, gestión de residuos y convivencia cívica. Entre estas últimas entran desde las más habituales por orinar en la calle hasta el incumplimiento de horarios para depositar los residuos sólidos en la vía pública o el control de la actividad de los animales domésticos en los espacios públicos de la ciudad, aspectos sobre los que quiere incidir el Concello.