«Por mucho que te prepares nunca te imaginas el horror». Con estas palabras resume Ana Martínez lo que ha sido estar en primera línea atendiendo a los familiares y a los heridos. Ella ayuda a asumir las malas noticias
28 jul 2013 . Actualizado a las 12:50 h.Ana Martínez es la encargada de coordinar todo el dispositivo de ayuda psicológica que ha atendido a los familiares del accidente del tren Alvia. «Más de cuarenta profesionales estamos ahora mismo trabajando», apunta, cuando se han cumplido, en el momento en que nos recibe, 24 horas de la tragedia que ella ha enfrentado en primera línea sin moverse en este tiempo de su puesto. El equipo que Ana tiene a su cargo está entrenado para actuar en catástrofes de todo tipo (secuestros, accidentes de tráfico, naufragios...) y, por supuesto, emergencias. Pero «nada se ha podido comparar a esta desgracia», en la que todos sus esfuerzos se han dirigido a sostener emocionalmente a los heridos y los allegados de las víctimas.
-¿Qué es exactamente lo primero que hay que hacer en estos casos?
-Lo primero que lógicamente demandan los familiares es información. En estas circunstancias todo es muy caótico y hay que ser muy precisos y cuidar muy bien lo que se transmite y cómo se transmite. Por eso nos hemos coordinado los psicólogos con la policía científica para dar la información a los familiares de forma individual y poder responder a todas sus dudas.
-¿Qué es lo que les está resultando más difícil?
-Las labores de control y gestión de la información. Depurar e integrar los datos que llegan y definir los canales de información y asegurarnos de que funcionan.
-¿Lo peor es la incertidumbre?
-Sí. La incertidumbre es el peor dolor. Para las familias es más angustioso que la noticia de un fallecimiento, porque una vez que saben esa terrible información pueden dar el siguiente paso.
-¿Llorar es lo más recomendable?
-LLorar es bueno si eso te alivia, pero si no es así, y te dicen que eso es lo que tienes que hacer, puede crearte un problema. Hablar del tema solo es bueno si lo necesitas.
-¿Cómo se da una mala noticia?
-En este caso, los familiares ya sabían la dimensión de la tragedia, con lo cual ya venían «preparados» de alguna forma. Pero siempre hay que dar datos ciertos, no se puede mentir ni dar vueltas. Hay que despejar todas sus dudas y evitarles que tengan más dolor. Y también respetar su intimidad: las imágenes repitiendo el accidente solo suman dolor.
-¿Les dan algún medicamento ante el «shock»?
-Nosotros directamente no. Pero si necesitan algo, el 061 los atiende con ayuda farmacológica.
-¿Cómo se recupera uno de la pérdida de un ser querido en estas circunstancias?
-Los duelos son muy personales. Se habla de dos o tres años, pero depende también de las características personales y de la situación y del número de seres queridos que se pierden.
-¿Ustedes necesitan ayuda también?
-Nuestra prioridad son las víctimas y los allegados, pero ya hemos derivado algún caso también de gente que estaba prestando ayuda y se ha visto afectada por la tragedia. Es normal.