El Asesino tiene una historia larga y prolija. Abrió sus puertas en el siglo XIX y durante los primeros tiempos sirvió vino del Ribeiro de manera gratuita, lo que le granjeó la amistad de numerosos estudiantes universitarios, que terminaron por reclamar más servicios de la primigenia taberna. Hacia 1877 comenzó a servir comidas y a partir de ahí funcionó como restaurante.
Hace un par de años, los dueños actuales, que se habían hecho con las riendas del número 16 de la plaza da Universidade a finales de la década de los ochenta, tuvieron que echar el cierre porque el tejado se vino abajo, lo que da la medida del estado lamentable en el que se encuentra el inmueble. Las obras se encuentran paralizadas por problemas administrativos y ese es precisamente un escollo en el cierre de la operación.