Lourdes López es una de las vecinas de Lueiro que la tarde del pasado miércoles sufrió en sus carnes el miedo ante la cercanía de las llamas a sus casas y se sintieron indefensos. En Barbazán, el lugar en el que reside, asegura que el fuego no ha dejado nada. «O lume chegou ata a porta das casas, e non quedou nada por queimarse arredor das vivendas», explica. Aún angustiada, recuerda que fue como regresar al pasado cuando casi se vivía en las tinieblas, sin luz eléctrica. Para ella fue un horror porque «sentímonos incapaces de facer nada», y se pregunta «¿quen vainos reparar todo o mal feito polo lume?».
Isabel López vive en Lueiro y afirma que se sintieron indefensos. «Non había medios. Houbo de arder un pallal, maquinaria e case nos colle a nós no medio. Chamamos ao 085 e mailo 112, e dicíanos que xa estaban os medios aquí, pero estaban en Barbazán e non nos fixeron caso. Creo que deberían priorizar cando hai perigo para as casas e a xente en vez de apagar o monte». Todos los afectados creen que si se hubiese extinguido bien el incendio que el martes de madrugada afectó al lugar de Curxido, en Liñaio, la catástrofe habría sido menor.