«Agora disfruto a vida»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

MONDARIZ

BEA OTERO

Más de un millar de asistentes celebran la fiesta solidaria de Proxecto Home

15 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Amigos, hijos, padres, personas aún en proceso de reinserción, usuarios de hace casi dos décadas... Proxecto Home celebró su fiesta solidaria número 22 tras 23 años desde su puesta en marcha. Se reunieron en el Multiusos de Sar en un gran xantar en el que cada familia compartió comida con el resto y tras el que hubo un programa lúdico con actuaciones de los usuarios de los centros y un homenaje a los voluntarios.

El mensaje de esta entidad que acumula dos decenios de experiencia y cuenta con sedes en las cuatro provincias es claro, reflejar con esta fiesta el esfuerzo que hace Proxecto Home; mostrar que la droga tiene solución; explicar a la sociedad que la recuperación de las personas que pasan por estos centros es gracias a la propia sociedad; e intentar una mayor sensibilización, explica su director, Ramón Gómez Crespo.

En 23 años han pasado por Proxecto Home jóvenes y menos jóvenes. Juan Carlos tiene 44 años y su primer intento de dejar las drogas fue a los 26 años. Pero fue hace 14 meses cuando tomó la decisión más firme. «O máis difícil é querer deixalo ti, aos 26 fíxeno pola familia pero non estaba pola labor». A los quince comenzó a tontear con el alcohol, luego llegaron la cocaína y el resto y a los 19 estaba totalmente enganchado. «Era fácil atopar a droga», explica. Lo que más le duele de estos años de constantes idas y venidas a este padre de dos pequeños es el tiempo tirado. «Dóeme por min, por ter perdido o tempo e non saber enfrontarme a unha realidade descoidando o máis grande, que son os meus fillos». Acudir a Proxecto Home fue la mejor decisión que ha tomado, «a man no lume non a podo poñer, pero podo loitar. Sempre serei unha persoa que foi consumidora».

Celeste está feliz. Hace dos años, después de diez enganchada, entró en el centro que la entidad tiene en Cernadas. En una misma familia, con la misma educación, ella se enganchó y su hermano no solo nunca lo hizo sino que luchó con todas sus fuerzas para ayudar a su hermana. Admite que no hay una sola causa, «comezas xogando, a veces porque tes vergoña, ou para ser igual que os demais», dice. El punto de inflexión fue «ver que os estaba perdendo a todos, a toda a miña familia». Tiene 30 años y es animadora sociocultural, pero busca trabajo de cualquier cosa porque asegura que para ella es básico estar en activo. Los fines de semana vuelve a la aldea, en Mondariz, y asegura que desde que dejó las drogas «estou tan contenta, agora estou disfrutando a vida en todos os sentidos», concluye.