La N-550, colapsada y sin variantes

e. araújo / U. lópez / R. Martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Los conductores huyen de la autopista para ahorrar y sufren el deterioro de la nacional

22 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El descenso generalizado de vehículos en la red estatal y autonómica de carreteras, vinculado a la crisis económica y al descenso de la actividad productiva, está provocando una redistribución del tráfico que en el área compostelana ha agravado los problemas de colapso y de deterioro del firme de la N-550, la segunda carretera más transitada de Galicia.

En años de bonanza se planificaron variantes en Ordes, Oroso, Ames y Padrón y hasta un trazado completo alternativo. Todos ellos duermen en algún cajón del Ministerio de Fomento, aunque algunos planos de su paso por Ordes y por Teo llegaron a ver la luz. Incluso está paralizada la variante de Padrón, pese a que en este tramo, que mide 3,2 kilómetros, algunos asfaltados, se gastaron 5 millones el año pasado y faltaban por invertir otros 6, lo que permitiría concluir una variante, cuyo coste se estimó en 18 millones.

La ausencia de trazado alternativo deja a los conductores abocados a sufrir día a día el tráfico ralentizado del casco urbano de Padrón, donde en un tramo de un kilómetro, comprendido entre el cuartel de la Guardia Civil, en Iria, y hasta el campo de fútbol, hay cinco semáforos además de un paso de peatones a la altura del Jardín Botánico, lo que condiciona, y mucho, la fluidez del tráfico. Tanto que un conductor que realiza habitualmente el trayecto entre Vigo y Santiago califica el tramo como «o peor de toda a N-550».

En Sigüeiro el problema no son los semáforos sino el paso estrecho sobre el viaducto del Tambre y la falta de conexión con la AP-9, que desde Compostela no tiene salida en Oroso. Y desde este núcleo solamente se puede ir hacia A Coruña.

El colapso de la N-550 también afecta a Milladoiro, aunque la red periférica permite evitar el paso por la avenida Rosalía de Castro, pero solamente desde la autovía de Brión. A las quejas de los conductores se unen las de los vecinos, que ante el incremento del tráfico que huye de la AP-9 reclaman más seguridad vial. Este es el caso del tramo a su paso por Teo, especialmente a la altura de Casalonga.