El periodista discreto

NACHO MIRÁS SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

La expareja de Charo Porto ha mostrado estos días mucha entereza

26 sep 2013 . Actualizado a las 12:09 h.

Desde que el pasado domingo se descubriera en una pista de Feros (Teo) el cadáver de su hija Asunta, la entereza que, de cara a los demás, ha mantenido en todo momento Alfonso Basterra Camporro (Bilbao, 1964) solo se ha venido abajo en dos ocasiones. La primera, el pasado lunes, cuando los restos de la pequeña fueron entregados a la familia, una vez realizada la autopsia, en el tanatorio municipal de Boisaca. «En un momento dado -explica un testigo- salió al exterior y dio un profundo alarido, como de alguien que necesitase descargar una enorme cantidad de tensión».

La segunda también fue en el tanatorio, poco antes de la ceremonia de incineración de la niña. Entonces se pudo ver a Basterra visiblemente abatido, lamentándose, una actitud que nada tenía que ver con la de su mujer, aparentemente mucho más tranquila.

En el funeral que se celebró el martes por la tarde en la iglesia parroquial de San Fernando, el padre de Asunta ni se inmutó cuando cámaras y fotógrafos que intentaban captar su imagen fueron duramente increpados por personas que asistían a las honras fúnebres. Y de nuevo mantuvo la compostura al máximo ayer, durante el registro practicado durante siete horas y media en la finca de Teo que un día fue de sus suegros.

Alfonso Basterra, detenido a última hora de ayer mientras participaba en calidad de imputado en el registro llevado a cabo en la finca de Cacheiras, siempre fue un hombre discreto. A los amigos y conocidos que acudieron a última hora de la tarde del martes al funeral por la niña les sorprendió su aplomo. Horas antes, en el tanatorio, ante la urna en el que reposaban los restos de Asunta, expresaba entre sollozos su desconsuelo al recibir los pésames: «Me han matado a mi única hija. ¿Qué voy a hacer yo ahora? ¿Cómo voy a aguantar este dolor los años que me quedan?». Su nueva condición de detenido y acusado de homicidio podría dar un giro a sus gestos y a sus expresiones.

Especializado en economía

Este periodista especializado en información económica se estableció muy joven en Santiago. Lo hizo en la década de los ochenta y, desde entonces, realizó colaboraciones con la prensa local, fue corresponsal de un diario económico nacional e hizo trabajos para distintos medios televisivos y radiofónicos. No obstante, personas de su entorno señalan que su vida profesional estuvo en segundo plano respecto a su dedicación a su familia y, en especial, a su hija Asunta.

Era su expareja, Rosario Porto Ortega, la que mantenía una vida profesional muy activa y visible en la sociedad compostelana, como abogada y cónsul honoraria de Francia en Santiago, cargo este que desempeñó hasta finales del 2006.

Sus allegados destacan que la pareja mantenía una buena relación tras su separación hace aproximadamente un año, que fue la mujer la que decidió poner fin a su unión después de la muerte de sus padres, y que se les podía ver juntos con Asunta; incluso disfrutaron de unos días de vacaciones el pasado mes de agosto en la casa que Rosario Porto, que heredó un importante patrimonio de su familia, tiene en Vilanova de Arousa.

Alfonso Basterra alquiló una vivienda en la céntrica calle República Argentina, a poco más de cien metros del que fue su domicilio familiar, en Doutor Teixeiro, para estar próximo a su hija.

Después de la separación de la pareja, Basterra trató de intensificar su actividad profesional como asesor de comunicación para entidades principalmente del sector turístico, aunque no tenía una fuente de ingresos fija.

ALFONSO BASTERRA CAMPORRO PADRE DE ASUNTA