Varios planes hicieron soñar con un paseo fluvial

M.M. santiago / la voz

SANTIAGO

17 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los más viejos del lugar recuerdan que los niños hacían escapadas al Paxonal para darse, seguros de ganarse una regañina, un chapuzón en el río en las tardes calurosas de verano. Actualmente una estampa de niños bañándose en el Sar sería más que suficiente para llevarse las manos a la cabeza y temer que los pequeños hubieran cogido cualquier tipo de infección. Y no es para menos.

Si hace 20 años ya se consideraba necesario afrontar el saneamiento del río para atender las futuras necesidades, actualmente un paseo por algunos de los tramos urbanos del Sar revela la urgencia de esta actuación. En invierno, gracias al mayor caudal del río, los olores no son un problema constante e, incluso, las aguas se ven menos «revueltas» y sucias que en verano.

Aun así, los compostelanos no pueden disfrutar de su río más famoso porque sus márgenes, salvo en algunos puntos, están totalmente llenas de maleza.

En el Restollal, el acondicionamiento del parque Eugenio Granell permitió ganar un pequeño tramo del Sar para el deleite de los ciudadanos. Ya en Pontepedriña, salvo en los escasos metros en los que el agua turbia discurre por detrás de los edificios, el río desaparece entre la maleza. La vegetación propia de las márgenes de las cuencas fluviales está literalmente devorada por las silvas y los toxos, que crecen sin control en prácticamente todo el camino que va hasta Sar.

Los vecinos de Pontepedriña aseguran que, a pocos metros de los edificios del Grupo Compostela, hay un molino que estuvo ocupado hasta hace unos veinte años. Ahora está «desaparecido», pero la vecina de una casa próxima asegura que bajo la maleza están las paredes y los restos del viejo molino. Un camino estrecho rodeado de maleza permitiría llegar hasta el barrio de Sar paralelamente al río, pero sin poder ver el agua en la mayor parte del sendero, que se estrecha y amplía a lo largo del paseo.

El Plan Especial Brañas de Sar, aprobado en el pleno de marzo del 2011 (aún sin publicar), contempla la posibilidad de convertir las brañas en una gran parque fluvial para la ciudad.

En Sar, el río vuelve a reaparecer, así como en la Ponte Vella, en Vidán, y en dirección a la Cantaleta, en el Camino Portugués. A su paso por la aldea, los vecinos colocaron maderas para superar el pequeño cauce y poder cruzar al otro lado del Sar. En esta zona se están ejecutando las obras del colector, por lo que no es un paseo recomendable. Las lluvias de los últimos días provocaron el corrimiento de las tierras, que se resolvió colocando piedras para sujetar el terreno. Pero ya están desapareciendo.