La docena de casas ocupadas se usan como viviendas y para actividades

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Álvaro Ballesteros

Los usuarios de las viviendas que sirven de cobijo para los sintecho son más discretos

11 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

En Santiago hay, al menos, una docena de casas ocupadas por grupos de personas más o menos numerosos, que reivindican con su acción el derecho a la vivienda recogida en la Constitución y, sobre todo, optan por esta salida al no tener otra forma para acceder a un lugar para vivir. Aquí la ocupación también está ligada a la necesidad de un lugar para actividades culturales alternativas, que no tienen cabida en los circuitos oficiales.

No puede hablarse de un barrio más propenso que otro a las acciones de los ocupas; por el contrario, hay ejemplos en casi todos los lugares. Eso sí, las zonas de nueva construcción tienen menos problemas, siempre que se hayan derribado las viejas edificaciones, ya que a diferencia de lo que comienza a ser habitual en otras latitudes, en Santiago no se ocupan viviendas nuevas aunque el número de las vacías se estima por encima de las diez mil. Las casas ocupadas aquí están, en general, muy deterioradas y algunas casi en ruina inminente.

Salvo excepciones, la ocupación no está ligada a problemas de convivencia. En la rúa Concheiros, los vecinos aseguran que una vivienda situada hacia la mitad de la calle fue ocupada hace unos meses y sus moradores pasan desapercibidos para la mayoría. Un vecino afirma que solo de vez en cuando se ve «entrar y salir gente de la casa». Lo mismo ocurre con otra pequeña vivienda, en mucho peor estado, en la entrada de la rúa Home Santo, donde los okupas ya son más visibles y tampoco generan graves problemas. San Pedro, con la ocupación de seis casas en los últimos años ahora tapiadas, es la zona más atractiva para este fenómeno. En As Hortas, la situación cambia. Algunos vecinos mostraron su malestar por las condiciones higiénicas de quienes ocuparon una vivienda en la calle y se quejan porque suelen lavarse en la puerta de la casa donde también se les vio orinando en alguna ocasión.

San Lourenzo no es ajeno a la ocupación. Allí un grupo de sintecho reside en la misma casa que sufrió un incendio el pasado diciembre. Una situación que preocupa al vecindario.

En las casas de Saconia, en Santa Marta, también tienen experiencia con este asunto. Después de conseguir desalojar a un grupo numeroso de personas que ocuparon una casa de dos plantas, provocando graves problemas de convivencia y seguridad a los vecinos, los residentes ven ahora como en la antigua casa del guardián residen unos jóvenes que acceden a la vivienda por la puerta del patio al estar tapiadas puertas y ventanas. En Lamas de Abade, una familia vive, según los vecinos, sin permiso del dueño, en una casa frente al instituto.

En Conxo, durante muchos años permanecieron ocupadas por familias gitanas varias casas ahora cerradas en el Monte de Conxo. Actualmente miembros de la misma etnia ocuparon en Volta do Castro viviendas propiedad de una inmobiliaria, que deberán ser derribadas para construir. Además, en las inmediaciones de la rotonda se ocupó recientemente otra casa.