En San Pedro aumentan los que piden la peatonalización de la rúa

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

La apertura al tráfico solo está pendiente de las pruebas de carga

18 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

En el debate de la peatonalización de calles siempre hay defensores y detractores acérrimos que rechazan tajantemente los argumentos del bando contrario y que no suelen estar dispuestos a llegar a puntos de encuentro. Por eso, la decisión queda en manos exclusivamente de los políticos que tienen que ser capaces de asumir las consecuencias de una decisión siempre controvertida. En Santiago, la peatonalización del casco histórico iniciada hacia finales de los años 80 y completada en los 90 no estuvo exenta de debates ni de críticas. Hoy es difícil encontrar a alguien que pida la vuelta de los coches a las calles de la zona vieja.

En San Pedro, la situación no es distinta. Desde hace años, asociaciones vecinales, residentes a título particular y comerciantes abogan por la peatonalización de la calle. Pero también hay en todos estos grupos quienes rechazan la idea por diversas circunstancias. Si hace unos años resultaba más difícil encontrar testimonios a favor de peatonalizar, ahora es mucho más complicado encontrar personas que argumenten a favor de la vuelta de los coches después de la reforma.

Actualmente, en la calle aumenta el grupo de los que apuesta por la peatonalización frente a los que la rechazan. Los que apoyan cerrar el vial al tráfico rodado consideran que los más de ocho meses de obras para la rerforma del primer tramo han demostrado que la rúa de «San Pedro no es tan indispensable para el tráfico como nos quieren hacer ver». Así lo mantiene Rosa, una vecina del final de la calle. Y Juan, residente en la rúa do Medio, coincide en que el mes sin tráfico desde el término de las obras «es una demostración de que la rúa de San Pedro puede ganar, hay que darle tiempo. No hay mucha gente, pero es cuestión de costumbre».

A la oposición al regreso de los coches se suma la dura crítica por la distribución de las futuras plazas de aparcamiento. La titular de una óptica de la calle recoge firmas para pedir «primero la peatonalización», pero también para que, en el caso de que no sea atendida esta petición, se cambie de ubicación las plazas de aparcamiento que ocupan la acera y dejan un espacio para los peatones «más pequeño que el que había antes de las obras».

El transporte urbano

Los que quieren el regreso de los coches argumentan, fundamentalmente, las dificultades de movilidad de una población envejecida en la calle. Más que desear la vuelta del coche, quieren que regresen las líneas de autobuses. Una comerciante comenta que «al menos tendrá que pasar el autobús». Y es que su negocio se nutre en muchos casos de quienes bajan o suben del autobús en la parada de la entrada de la rúa. Y en uno de los bares de la calle prefieren el paso de coche, «porque iba bien y para qué moverlo».

La vuelta del tráfico a esta calle está pendiente de que se realice la prueba de carga de los autobuses, para confirmar su buena circulación, que se realizará de forma inminente después del mes de fraguado que precisó la intervención en el firme.