La inversión que arrancará con la redistribución de remanentes que acordó anteayer el pleno se suma así a la anunciada para la avenida de Vilagarcía, la única del Ensanche que todavía conserva el firme adoquinado, que desaparecerá. La obra está pendiente de salir a licitación pero en este caso sí se dispone ya de proyecto. Y será singular, según la propia María Pardo.
Se reducirá el espacio de rodadura y el de estacionamiento y se ganará para el peatón, siguiendo el modelo de las últimas intervenciones urbanas. Pero la singularidad le vendrá por el aspecto «serpenteante» que se le dará para atenuar el aspecto de embudo que da la perspectiva del vial, lo que permitirá crear pequeños espacios de ajardinamiento para hacer más acogedor su recorrido y el tránsito peatonal por la zona.