«O monte, como agora xa non é rentable, non está ben coidado»

Emma Araújo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

08 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Val do Dubra hace honor a su nombre y puede presumir de tener un corazón bien verde, aunque en tan solo un año perdiese más de mil hectáreas de monte en la zona de Portomouro. En las tierras dubresas nadie olvida aquellos días. Los voluntarios de Protección Civil recuerdan como aquel devastador incendio comenzó en tres puntos diferentes, todos ellos muy cercanos a la carretera. De ahí que nadie dude de que aquel fuego fue del todo intencionado.

Las estadísticas de superficie quemada convierten a Portomouro en uno de los puntos negros de la comarca compostelana. Pero los vecinos insisten en que las tierras dubresas no son zonas habituales en las que el fuego campe a sus anchas, sino que la proliferación de focos el pasado verano impidió que el fuego se pudiese controlar, pese a un despliegue de medios del que los vecinos nunca tuvieron queja. «Aquelo se fixo con ganas de facer dano», afirman con extrema rotundidad.

Pero lo que sí reconocen en Val do Dubra, un concello en plena caída demográfica, es que con vecinos cada vez mayores y con los cambios de modelo económico, «o monte xa non é rentable, e a xente non o atende, polo que como non está ben coidado é mais fácil que prenda».

La apertura de cortafuegos es una solución para proteger el bosque, pero estas franjas están más descuidadas, denuncian los vecinos, por lo que el riesgo es cada vez mayor.

Y en una zona rural, las quemas de rastrojos y maleza son habituales. Y una quema descontrolada tiene muchas posibilidades de transformarse en un incendio intencionado. «E como coller un coche, a xente non é consciente do perigo que pode ter».