El autor de la última chapuza gallega publicada, ubicada en el exterior de una casa de Santiago, explica su porqué
10 jul 2014 . Actualizado a las 13:40 h.«Por necesidad y como solución práctica». Así explica Andrés por qué colocó hace tres años en el exterior de su casa una campana extractora, una imagen que ya forma parte de la sección «chapuzas gallegas» de La Voz.
«Había tanta humedad y tanta lluvia que, con frecuencia, se me estropeaba el portero automático. Después del tercer arreglo decidí ir a lo práctico», explica con simpatía el autor. Para esta solución doméstica reutilizó la campana de una cocina ya en desuso con la que protegió ese conjunto formado por portero automático y buzón. Un arreglo que, como reconoce, dio sus frutos. «Ahora ya no se me moja el portero automático» insiste.
Al autor, que prefiere conservar el anonimato, le sorprendió que este arreglo casero llamara la atención de los traseúntes. De hecho, en los últimos tres años ningún vecino le comentó nada al respecto. Reconoce, eso sí, que la pista donde se ubica su casa -emplazada en el barrio de A Rocha Vella, en las afueras de Santiago- es un lugar habitual de paseo para algunos compostelanos. «Tuvo que ser alguno de ellos el que tomase la imagen y la enviase al periódico», reconoce con una sonrisa.
También con humor, llama la atención sobre la publicidad encubierta que guarda el recurso. «Los de la marca de cocina aún no se han puesto en contacto conmigo», ironiza.
Andrés pone el foco en que por Europa es más habitual ver cómo se reciclan enseres domésticos para otros fines. Por eso no dudó en situar la campana fuera. Asegura, además, que el interior de la casa tiene más enredos.