Carreira do Conde se peatonalizará pese al rechazo de los conductores

maría segade LA VOZ / SANTIAGO

SANTIAGO

La calle Carreira do Conde pertenece a un tramo de la entrada del Camino Portugués.
La calle Carreira do Conde pertenece a un tramo de la entrada del Camino Portugués. fotos < / span>estrela alonso< / span>

La remodelación de la calle supondrá la retirada de unas 50 plazas de ORA

13 ago 2014 . Actualizado a las 12:14 h.

Si ayer estaba en el candelero la peatonalziación de San Pedro ahora le llega el turno a Carreira do Conde. La remodelación de esta calle se iniciará el segundo trimestre del año mediante convenio entre el Concello y la Xunta. Como novedades traerá una acera más amplia con otra enfrente, más jardín, un terraplén menos empinado con Xoán Carlos I y el meollo del asunto: la retirada de casi 60 plazas de aparcamiento. Esa bolsa de estacionamiento divide a los usuarios y a los que simplemente conviven con ella a favor y en contra de la futura peatonalización. Mientras las dos horas valen 1,05 euros en la zona azul, en los párkings del entorno cuestan de media tres.

La mayoría de los comerciantes ven positivo el cierre al tráfico con razones para todos los gustos. María dice que «los países con clase amplían las zonas verdes y yo quiero vivir en un país con clase». Esta peluquera pide que «como parte del Camino de Santiago, se respete y no la llenen de terrazas». Una de ellas podría ser la del restaurante Calderón, que también apoya la obra porque «humanizará la calle». «Los clientes no se verán afectados con cinco párkings a cien metros», dice Siro González refiriéndose a los de las plazas de Galicia y Roxa, Rosalía de Castro, Araguaney y San Clemente.

Revitalizar la zona

Los pocos locales de los 220 metros de calle, muchos de ellos despachos, sí esperan que revitalice la zona, aunque otros no le ven atractivo. «Es una calle comercial como las que la rodean», dicen en una tienda. Mossi está en el limbo entre Carreira do Conde y Xeneral Pardiñas, pero se inclina a peatonalizar: «Es una calle del centro y la tienen abandonada», dice su dependienta.

Junto al parquímetro comparten la opinión contraria. Trabajadores de las afueras como Juan Manuel, enfundado en su mono azul, cree que esta obra «prioriza el turismo del casco histórico sin pensar en nosotros». Mientras saca el tique, un vecino se queja de las pocas plazas de aparcamiento de Santiago: «Claro que queda bonito peatonal, pero hay que buscar utilidad», opina. Otro vecino y conductor rebate que «la utilidad no se da poniendo ORA, sino haciendo párkings públicos en las afueras y favoreciendo el comercio del centro».