Presentó «Las cartas a La Pirenaica» en la USC, y habló en el Ateneo de los primeros 90 años del medio en España
03 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Armand Balsebre, catedrático de Comunicación Audiovisual de la Autónoma de Barcelona, presentó en la USC su libro Las cartas de la Pirenaica, que escribió con Rosario Fontova. También habló en el Ateneo de los 90 primeros años de historia de la radio en España, un medio que «fue pensado para las élites culturales y económicas, que no contribuyeron a su financiación», afirma.
-¿Cómo y por qué han investigado las cartas de La Pirenaica?
-Encontramos en el archivo histórico del PCE, en Madrid, 15.500 cartas de los oyentes a Radio España Independiente, o La Pirenaica, emisora de onda corta que emitió desde Bucarest entre 1941 y 1977. Esas cartas permiten conocer la historia social, cultural y política del antifranquismo.
-¿De qué trataban las epístolas?
-Desvelan el miedo que pasaban personas que habían sufrido represión. A partir de 1963, cuando se ejecuta a Julián Grimau, por delitos en la Guerra de 1936, y al coincidir con el período de más emigración a Europa, lo que facilitaba escucharla sin miedo, la emisora tuvo mayor incidencia. Porque en el interior era peligroso escucharla, estaba prohibido.
-¿Hay cartas desde Galicia?
-Encontramos unas 250 cartas firmadas desde Galicia, y el doble más de gallegos desde la emigración Entre ellas una del último guerrillero de la España franquista, José Castro Veiga, Piloto. Tuvo programación en gallego, por Rogelio Gómez Pousa desde 1970, o más tarde Concha Cid Limia.
-¿Cómo fueron los primeros 90 años de la radio en España?
-Recientemente se han encontrado documentos sonoros inéditos de 1934 y 1935, que ayudé a catalogar, y que permiten conocer aquella radio, para la que hay poco patrimonio sonoro activo hasta 1955. La idea es hacer una historia de la radio desde sus orígenes, en 1923, cuando empezó en España 0las primeras emisiones Radio Ibérica en Madrid.
-¿Y cómo ve su situación actual?
-Desde el punto de vista comunicativo la radio tiene una gran vitalidad. Es además la compañera ideal para personas solas. El problema es que, como medio de expresión, la creatividad ha sido casi nula los últimos 25 años, apenas ha innovado; y alcanzó un techo publicitario que no ha sobrepasado el 7 %, ha sido superada incluso por Internet. Eso es relevante, porque es un medio muy comercial. Por eso creo que la radio actual exige una mayor inversión en creatividad.
ARMAND BALSEBRE PROFESOR DE LA AUTÓNOMA DE BARCELONA