Los pubs retoman la vía del acuerdo colectivo para acoger música en vivo

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Negociarán de nuevo un marco legal conjunto con el gobierno entrante, después de que el anterior descartase esta posibilidad

01 jun 2015 . Actualizado a las 04:00 h.

La vía del acuerdo colectivo se vuelve a abrir para los pubs de Santiago que programan música en vivo, que replantearán esta posibilidad al gobierno entrante después de que fuera desestimada por el anterior.

Los locales de la Asociación Cidade Vella iniciaron en enero, tras un encuentro con el Concello, los trámites para la firma de un convenio con el beneplácito de la Xunta para celebrar conciertos durante los meses de abril, mayo y junio. Aunque «insuficiente», dicen, suponía «un pequeno parche que nos permitiría uns meses de respiro mentres se traballa paralelamente na solución definitiva».

Una publicación de Cidade Vella en las redes sociales explicaba que «despois de ser aceptado na Xunta, o convenio ía ser levado ao pleno local de marzo para a súa aprobación e así ter vixencia a partir de abril». Algo que finalmente no se produjo. «Despois propúxosenos un convenio que tiña só vixencia nos meses de maio e xuño, que tampouco se firmou», continúan. Tras esto, «propúxosenos que cada local que queira programar solicite directamente na Xunta o seu permiso, sabendo perfectamente que se todos os locais da cidade solicitamos a licenza non se nos concede», afirman en su escrito, que reprocha al equipo popular local el no haber cumplido sus promesas.

La portavoz de Cidade Vella, Ánxeles Porto, considera que el anterior gobierno local «bloqueu o convenio porque estaban preto as eleccións e, aínda tendo luz verde por parte da Xunta, aprobalo suporíalles perder os votos de algúns veciños que se opoñen á legalización dos concertos».

«Lo más práctico»

María Antón, hasta ahora concejala de Cultura, que siguió de cerca las reuniones y las negociaciones para la tramitación de los citados convenios temporales, explica por su parte que descartaron la posibilidad porque «en estos momentos lo más práctico es que cada uno solicite individualmente su permiso». Y puntualiza que tras contrastar con la Xunta el borrador del convenio, la celebración conjunta de conciertos en primavera no respondía a la «motivación singular» y a la «excepcionalidad de la ley» autonómica. Además, incide en que «no era necesario llevarlo a un pleno», y eso se planteó como una posibilidad para dar cuenta del acuerdo ante la corporación.

En este punto, los pubs compostelanos daban por cerrada la vía del acuerdo colectivo. Sin embargo, ante el nuevo panorama político, esperan que los grupos que durante la campaña apoyaron su propuesta cultural retomen la gestación de un marco conjunto como solución transitoria mientras que no se aprueba la anunciada ley autonómica, que permitiría la celebración de conciertos en los locales con un aforo inferior a las cien personas. No en vano, en este último año y medio «las pérdidas para los locales de Cidade Vella han sido de miles de euros mensualmente», recuerda Porto.

«Conseguir la licencia es un proceso costoso»

Después de cancelar más de una decena de conciertos programados en el mes de febrero ante la amenaza de multas, Ricardo Peón, dueño de la Sala Moon, comenzó los trámites para obtener un permiso especial por parte de la Xunta para poder organizar actuaciones en directo sin el miedo en el cuerpo ante una nueva visita de la Policía Local.

No perdió el tiempo y ese mismo mes comenzaba los trámites. Así, desde marzo a junio la Sala Moon cuenta con una autorización autonómica temporal, la primera que se solicita por parte de un local de pequeño aforo compostelano a raíz del conflicto con la música en directo.

«Conseguir la licencia es un proceso costoso», asegura Ricardo, porque «te piden un seguro de responsabilidad civil para los días de concierto, un proyecto de un arquitecto que confirme que se reúnen todas las condiciones de seguridad en la sala, además de un informe detallado con todas las actuaciones que vas a celebrar», explica. «En mi caso, también contraté a un abogado para que me llevase toda la tramitación», añade. Ricardo asegura que han sido varios los que le han pedido consejo para seguir su mismo camino, un trámite que quizás puedan evitar si finalmente se fragua con el nuevo gobierno un permiso colectivo.