Santiago responde masivamente a sus clásicos de la Ascensión: cabezudos, atracciones, pulpo y caballos

Montse García Iglesias
Montse García SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

La zona vieja y la Alameda se llenaron por la mañana con las actividades del día grande de las fiestas

09 may 2024 . Actualizado a las 20:18 h.

Santiago despertaba este jueves con ganas de fiesta. Así lo demostraban sus calles llenas para gozar de la Ascensión cumpliendo sus tradiciones: los cabezudos y su baile, las atracciones en la Alameda, el pulpo en Santa Susana y la feria caballar en Amio. Ingredientes clásicos que, acompañados de una temperatura muy agradable, animaban a los compostelanos a salir a la calle.

Entre ellos, Ana Souto y Manuel Varela, compostelanos de nacimiento, que aguardaban poco después de las doce del mediodía en primera fila en la Rúa Nova la salida de los cabezudos junto a su hijo Enzo, de dos años y medio. Para ellos las fiestas de la Ascensión ya habían empezado antes en la feria caballar de Amio —«parecía que había menos xente e menos cabalos», relataban—. Por la tarde, el plan era continuar en las atracciones. Lo único que se iban a perder de los clásicos en el día grande de la fiesta era ir a tomar el pulpo a Santa Susana, que cambiaban por una comida familiar. «Queremos que o noso neno goce das mesmas tradicións ca nós cando eramos cativos», afirmaban.

Porque las fiestas de la Ascensión hay mucho de cumplir tradiciones, esas que se transmiten de generación en generación. Se veía en los grupos con padres y abuelos junto a los pequeños a la espera de los cabezudos, pero también más tarde en la carballeira de Santa Susana para comer el pulpo. «Vimos todos os anos. É a Ascensión», aseveraba Pablo Outeda, acompañado de otros tres familiares mientras hacían cola por un lugar en una de las carpas —poco antes de las dos de la tarde esta superaba ampliamente el centenar de personas—.

También intentaba disfrutar de toda la dimensión de la Ascensión Maite Cristina, una joven cubana de 17 años, junto a su madre y a su hermano pequeño. Llegaron hace dos meses a la ciudad y estaban descubriendo cada una de las tradiciones. Primero acudieron a los cabezudos y poco antes de comer se subieron a la noria. «Es la primera vez que vinimos y me gustó mucho», afirmaba la joven nada más bajarse de la atracción gigante, mientras que a su hermano pequeño le había encandilado el baile de los cabezudos. ¿El pulpo? «Tal vez», afirmaban todavía pendientes de tomar la decisión. También por primera vez, pese a llevar tiempo viviendo en Santiago, acudía Pilar junto a su hijo de tres años a ver a los cabezudos. A ella le gustaban estos personajes porque los había visto en A Mariña, su comarca natal.

Unas tradiciones que tampoco quisieron perderse los representantes políticos. Tanto el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, como la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, y el secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, acudieron a la Alameda con sus compañeros de filas en la ciudad como anfitriones, que no podían faltar. Así estuvieron la alcaldesa nacionalista, Goretti Sanmartín; el popular Borja Verea; y los socialistas Gonzalo Muíños y Aitor Bouza. Todos ellos, además de comer el pulpo en Santa Susana, no dudaron antes en subir a la noria. No faltaron tampoco los integrantes de Compostela Aberta, con la teniente de alcaldesa, María Rozas al frente. En su mesa también con el exalcalde Martiño Noriega.

Pero entre las miles de persona que abarrotaban por la mañana el casco histórico y la Alameda, también se encontraban los que se sumaban a alguna de las actividades por sorpresa, caso de peregrinos y turistas. Algunos mientras aguardaban entrar en la Catedral también gozaban en Praterías del baile de los cabezudos y del concierto de la Banda de Música Municipal de Santiago en la Praza da Quintana. Los asientos estaban prácticamente llenos para seguir un repertorio conformado por piezas compuestas por algunos de los músicos de la formación. Los aplausos a formación dirigida por David Fiuza sonaban en momentos al unísono de los de Praterías, donde los cabezudos hacían las delicias con sus bailes, alguno de ellos con los más pequeños como acompañantes.

Por la tarde, la música folk fue la encargada de animar el casco histórico. Ya por la noche, aguarda el concierto de Fillas de Cassandra y la actuación de la orquesta Função Públika.