La autovía Santiago-Lugo, para el año 2021

Suso Varela Pérez
suso varela LUGO / LA VOZ

ARZÚA

Fomento adjudicará los 28 kilómetros de Palas a Arzúa en el verano y la ejecución son 60 meses

30 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Doce años después de que se iniciasen las obras de la autovía A-54, entre Lugo y Santiago, podrán utilizarse al completo los 94 kilómetros de esta vía que unirá ambas ciudades. Hoy justo hace un año se daba un primer paso con la inauguración de los 23 kilómetros entre Nadela y Guntín, a los que hay que sumar los 15 del pasado octubre hasta Palas de Rei y los iniciales de Compostela a Lavacolla, ya inaugurados en 1999. Quedan por acabar la mitad, 47 kilómetros. En el caso del trazado de Lavacolla a Arzúa las obras están ejecutadas en un 50%, con lo que podrían estar operativos los 18,5 kilómetros en el 2018.

Pero el gran atraso se sitúa en la parte central de la A-54, 28 kilómetros entre Palas y Arzúa que fueron licitados justo antes de las elecciones y cuyos plazos acaban de ser publicados en el BOE. Las ofertas de las empresas constructoras se podrán presentar hasta mediados de abril. En la última semana de junio se abrirán las ofertas para la adjudicación de las ansiadas obras. A partir de ahí, el plazo de ejecución es de 60 meses, cuatro años y medio detallados en un amplio cronograma donde se especifican cómo se harán los trabajos, cuánto cuestan cada uno de los elementos y la planificación presupuestaria por anualidades. Si se cumplen estos objetivos, en octubre del 2021 estaría acabada toda la A-54. El grueso de las inversiones se dejan para las dos últimas anualidades, 2020 y 2021, cuando se finalizan los trabajos más complejos, como son los viaductos. Para el 2016 y 2017 solo hay asignados trabajos menores.

A partir de estos hechos y estas fechas entran otras variables que podrían alargar más las obras, aunque difícilmente se pueden acortar los plazos. El cronograma firmado por los autores del proyecto del trazado Palas-Melide son muy claros en cómo se tienen que ir desarrollando los trabajos. Lo que no tienen en cuenta los técnicos son las interferencias políticas. A nadie se le escapa que la composición del nuevo Gobierno puede influir o no en el retraso de los trabajos. Partidos como Ciudadanos y Podemos, por diferentes motivos, ya anunciaron que las obras públicas son revisables. Pero a la vez es difícil defender políticamente que no se termine una autovía que está hecha a medias y necesaria para la vertebración interior de Galicia.

Intereses comunes

Lugo y Santiago, además de compartir universidad, tienen interese comunes. El aeropuerto y el AVE, necesarios para los lucenses, se encuentran en Lavacolla; mientras que la conexión de Compostela con la Meseta y el norte peninsular pasa por Lugo (A-6 y A-8).

De los 279 millones previstos para el trazado de Palas a Arzúa (9,9 millones por cada kilómetro), casi la mitad del dinero se destinará a estructuras, especialmente a viaductos. En el caso del tramo Palas-Melide están previstas un total de 16 estructuras, entre ellas cinco viaductos (río Furelos, viaducto del Careón, río Seco, rego do Vilar y río Pambre); mientras que de Melide a Arzúa se harán ocho viaductos, entre ellos sobre los ríos Iso, Boente, Catasol y Brandeso. Fomento, en sus pliegos de contratación, ha sido estricto a la hora de estipular las características de la obra, pero también especifica condiciones laborales: preferencia para empresas con trabajadores con discapacidad y para las dedicadas a la promoción e inserción laboral de personas en situación de exclusión social.