Ponte Maceira vuelve a la normalidad con críticas a la gestión del embalse

Emilio forján NEGREIRA / LA VOZ

NEGREIRA

SANDRA ALONSO

Las lluvias han dado una tregua, pero los afectados temen nuevas inundaciones

12 ene 2016 . Actualizado a las 13:00 h.

La lluvia ha dado una tregua a los vecinos de Ponte Maceira, en la confluencia de Ames y Negreira, después de que el domingo cayesen más de 40 litros por metro cuadrado y a la espera de la llegada mañana a Galicia de una nueva borrasca profunda. Ayer fue día de limpieza y de balance de los daños por el desbordamiento del Tambre en la madrugada del sábado, cuando el agua anegó las edificaciones a pie de carretera en el lado amiense.

En la casa de los Berdullas tocaba retirar el lodo y desinfectar con lejía, porque, recuerdan, «o nivel da auga foi considerable cando entrou de madrugada na nosa casa, e temos que tentar volver á normalidade canto antes», después de que la noche del domingo al lunes varios miembros de la familia pudiesen ya dormir en su casa, tal y como señala Carlos, hartos dice «do dano moral que nos causa cada inverno esta situación». Especialmente doloroso es el recuerdo que les queda de ver cómo evacuaban a su abuela, de casi cien años, por temor a una inundación.

En Ponte Maceira saben desde mediados de los ochenta, «cando a presa [Barrié de la Maza] deixou de estar controlada directamente desde Liñaio», que el problema tiene una solución «tan fácil como desaloxar auga antes de que cheguen as borrascas, porque despois ves que deixa de chover quince horas e o río segue subindo, porque aquí todo obedece a intereses económicos». Lo dicen, porque, denuncian, la capacidad del embalse es muy elevada incluso cuando deja de llover y, ante eso nadie parece tener potestad para evitar el riesgo de inundación.

Los Berdullas y el resto de afectados intentan quitar la humedad y el olor de sus casas con deshumidificadores o encendiendo la calefacción. Comprueban como el agua ha dañado muebles, pero sobre todo miran y miran al río para que su caudal baje y les dé un respiro antes de que regrese el temporal.

Por su parte, el gobierno local de Negreira recuerda que ya hace cuatro años abrió un expediente por el peligro de que cayesen las paredes de piedra de la casa abandonada de Aro, como sucedió el pasado sábado. Unos minutos antes de desprenderse, una vecina pasó por delante.