Paluso ultima la documentación para acceder a un nuevo local en Pontepedriña, Santiago

O. P. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Sandra Alonso

El Concello pone el almacén a disposición del colectivo social

08 oct 2021 . Actualizado a las 11:48 h.

La Asociación Paluso ultima la documentación para acceder a un local cedido por el Concello de Santiago en Pontepedriña. Así lo explicaba ayer su responsable, Chus Iglesias, mientras tramita la firma digital para presentar al ayuntamiento el certificado de inexistencia de deudas con la administración y poder así formalizar el acuerdo por el almacén.

El SOS lanzado desde el colectivo en agosto, alertando de su cierre inminente ante la saturación de la casa de Chus Iglesias, desembocó en reuniones en el ayuntamiento a principios de septiembre con las concejalas Mercedes Rosón y Mila Castro, en las que «nos dieron la palabra del local. Falta la burocracia, y ahora estoy yo ultimando los papeles», indicó Iglesias, que confía en resolver la situación en los próximos días.

El gobierno municipal había apuntado en marzo la posibilidad de suscribir con la Asociación Paluso un convenio para la cesión de un local que albergase el material de que dispone el colectivo y atender las solicitudes de ayuda que reciben, una cesión de uso que se mantendría mientras la entidad continúe prestando altruistamente la ayuda a personas que lo precisan con alimentos, ropa y enseres. Chus Iglesias respira aliviada ante una solución que encamina el futuro de Paluso y señala que «desde el principio tuve muchísima fe en Mila Castro, en que haría lo posible e imposible para que Paluso tuviese su local, que no es para ninguno de nosotros sino para el colectivo».

La entidad social atendía el pasado mes de agosto a entre 600 y 800 personas, una cifra que se ha reducido este mes a unas 500: «Bajó el número porque la gente empezó a retomar el trabajo el mes pasado, y nos avisaron de que ya no precisan nuestra ayuda. Nosotros siempre les decimos que pueden seguir viniendo hasta empezar a cobrar y que tengan la situación al día, porque pueden tener deudas por alquileres sin pagar o luz y agua atrasadas».

En cuanto a las demandas de los usuarios, explica Chus Iglesias que con el inicio del curso escolar la ropa tuvo una importante solicitud, si bien los alimentos generan el grueso de las peticiones: «Tenemos dos o tres familias que nos ayudan habitualmente aportando alimentos, y el resto los adquirimos nosotros con nuestras pensiones. Alimentos básicos y no perecederos, como aceite, harina, arroz y leche, y también distribuimos carne, de pollo y cerdo porque para ternera no nos da, y pescado».

Paluso cuenta además con la solidaridad de una empresa que cada noche les entrega los pollos asados que no se han consumido; también tienen importantes descuentos en el precio de compra de la carne de pollo.

Unas tareas solidarias que Paluso desarrolla desde hace muchos años, y para las que dispondrá en pocas semanas de un espacio en Pontepedriña más acorde para usuarios y voluntarios.