
El hecho explicaría la desaparición súbita de colmenas enteras
05 ene 2012 . Actualizado a las 20:03 h.Investigadores estadounidenses acaban de descubrir que el parásito de un tipo de mosca hace que las abejas abandonen sus colmenas, se desorienten y mueran, según confirma un trabajo publicado en la revista científica PLoS ONE.
Para los entomólogos, este parásito de la mosca Apocephalus borealis podría contribuir a explicar la causa de la desaparición masiva de las abejas, un fenómeno conocido como desorden de colapso de colonia, CCD por sus siglas en inglés.
Este misterioso fenómeno, observado por primera vez en el 2006 en el campus de la Universidad Estatal de San Francisco, diezmó las poblaciones de abejas domésticas en Estados Unidos, donde juegan un papel fundamental para preservar las cosechas que dependen de su polinización.
Esas producciones, en especial las frutas y ciertas legumbres, suponen ventas por 11.500 millones de euros por año y representan un tercio de la alimentación del hombre.
Hasta ahora, este parásito fue hallado únicamente en abejas domésticas de California y Dakota del Sur, precisó John Hafernick, profesor de Biología en la Universidad Estatal de San Francisco y uno de los autores de esta investigación, publicada el pasado martes.
Pero Hafernick advirtió sobre el riesgo de que se trate de un parásito emergente que «podría amenazar las colmenas de todo Estados Unidos, debido al gran número de estados que atraviesan los apicultores profesionales con sus colmenas para polinizar las cosechas».
La infección de una colmena comienza cuando una mosca deposita sus huevos en el abdomen de una abeja. Una vez invadidas por los parásitos, las abejas abandonan sus colmenas para reunirse cerca de fuentes de luz. «Hemos observado que las que están infectadas comienzan a dar vueltas sin ningún sentido de la orientación», explicó Andrew Core, investigador de la Universidad Estatal de San Francisco.
Mayor afección de noche
La mayoría de las abejas mueren normalmente en el lugar donde se detienen «y a veces se acurrucan antes de caer -añadió-, pero las que están afectadas por el parásito de la mosca Apocephalus borealis no pueden mantenerse sobre sus patas, que no cesan de estirar y flexionar antes de morir, actuando como auténticos zombis».
Las que dejan la colmena por la noche son más propensas a portar el parásito de la mosca que las que obtienen el polen durante el día. Los análisis genéticos de las colmenas infectadas mostraron que las abejas y las moscas también estaban infectadas con un virus que deforma las alas y con el hongo Nosema ceranae, de origen asiático, susceptible de causar micosis.