«Mire polo rural nunha provincia caciquil que morre»

jesús manuel garcía OURENSE / LA VOZ

SOCIEDAD

MIGUEL VILLAR

El nuevo obispo de Ourense fue recibido por el cura que había sido edil del PSOE

12 feb 2012 . Actualizado a las 06:59 h.

El cura rojo se dejó ver. La geografía no entiende de ideologías y el nuevo obispo de Ourense, Leonardo Lemos Montanet, lo comprobó ayer. El protocolo dice que la recepción al prelado se haga en la primera parroquia ourensana que pise en su viaje desde Santiago hasta la ciudad de As Burgas. Esta fue la de A Corna, en el municipio de Piñor. Con lo que no contaban ni las autoridades religiosas ni civiles es que al cura, Antonio Fernández Blanco, le entraran ínfulas mitineras. En su día la Iglesia lo había apartado de la carrera política al prohibirle ejercer de concejal del PSOE en A Gudiña, cometido para el que había sido elegido. Ayer llegó su momento de gloria. El templo estaba abarrotado de vecinos, curas, seminaristas, obispos y políticos. Ante todos ellos, el sacerdote tomó la palabra y le dio al nuevo obispo una bienvenida reivindicativa: «Dende o diálogo e a boa fe podemos chegar a un entendemento; sexa un bispo que nos bendiga e non nos condene. Non sexa un bispo de despacho». Aconsejó al prelado que «non se esconda entre os seus vicarios senón que dea a cara; non viva encerrado nesa marmórea sede do bispado chea de equipamentos electrónicos e baixe á planta baixa onde estamos os cregos e a xente». El párroco fue contundente en sus ansias de cambio en el gobierno de la Iglesia ourensana: «Pedímoslle que remova total e absolutamente a todos os vicarios». «Mire polo mundo rural que morre nunha provincia caciquil onde as haxa», dijo ante la mirada del presidente de la Diputación, José Manuel Baltar y del delegado territorial de la Xunta, Rogelio Martínez. «Estea a favor dos pobres, dos emigrantes, dos parados e dos desfavorecidos. Sexa bispo duna Igrexa menos aferrada ao poder».

El nuevo obispo, que por la tarde sería ordenado con la presencia del presidente de la Xunta y el del Delegado del Gobierno, entre otras autoridades, aceptó la invitación de ir a A Corna cada 11 de febrero. «O bispo non é un superhome», le dijo al sacerdote. En la ceremonia posterior de la catedral señaló que quiere sentir a todos sus sacerdotes cercanos y que para todos ellos tiene abierta su casa.

«Pedímoslle que remova total e absolutamente a todos os vicarios»

Antonio Fernández Blanco