«La ciencia en España se suicida», escribe la astrofísica Amaya Moro-Martín en una carta enviada a la publicación
17 feb 2012 . Actualizado a las 11:59 h.«Los cambios en España son un suicidio científico». Así de duro y contundente es el titular de una carta sobre la situación de la investigación en España que tiene como altavoz a la revista científica Nature, de absoluta referencia mundial. La autora, la astrofísica y miembro de la Plataforma por una Investigación Digna Amaya Moro-Martín, lamenta que España ya no tenga un Ministerio de Ciencia, con lo que es la primera vez que un departamento del Estado no recoge esta palabra en su denominación. «La línea oficial es clara: la ciencia no es una prioridad en España», expone Moro-Martín, quien asegura que pese a la «retórica promesa de un cambio hacia una economía basada en el conocimiento», lo que ocurre es que los pasos que se han dado discurren en la dirección contraria.
La investigadora tampoco ahorra críticas hacia el anterior Gobierno, al que acusa de iniciar los «draconianos» recortes en I+D y de incumplir su compromiso de reestructurar la carrera científica. Un ejemplo de la «sombría situación» por la que atraviesa el sector en España son los contratados Ramón y Cajal, el programa estrella para captar a los talentos españoles en el extranjero. «Las perspectivas son tan sombrías -expone Moro-Martín- que, a pesar de que los investigadores están ansiosos por regresar a España, algunos de mis colegas españoles en EE. UU. están rechazando tener una posición Ramón y Cajal».
La astrofísica, que también tiene un contrato Ramón y Cajal, denuncia que «la congelación de la contratación es suicida», ya que lleva a que no se reemplace a los investigadores que se jubilan. Los científicos de entre 20 y 40 años «no tendrán más remedio que irse», dice Amaya Moro-Martín, y añade: «El nuevo Gobierno está pisoteando la mejor esperanza que los investigadores españoles tenían para su futuro».