Cuando el acoso es un crimen

tatiana lópez NUEVA YORK / CORRESPONSAL

SOCIEDAD

Tyler Clementi se suicidó después de que su compañero de cuarto de la universidad lo espiara con una cámara y revelara en Twitter que era gay

03 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Culpable de 15 delitos en total. Dharun Ravi, un joven acusado de provocar el suicidio de su compañero de cuarto tras haberlo espiado con una cámara web mientras mantenía relaciones con otro hombre, ha sido condenado en el estado de Nueva Jersey (EE.UU.). La pena, que no se hará pública hasta el 21 de mayo, pondrá fin a un juicio que ha avivado el debate sobre los límites de Internet y el acoso escolar.

La historia se remonta a hace dos años cuando un tímido estudiante de violín llamado Tyler Clementi llegó a los domitorios de la Universidad de Rutgers. Su compañero de habitación era Ravi, con el que nunca llegó a cruzar más de tres frases. Pero en septiembre del 2010 Clementi le pidió que le dejara la habitación unas horas para estar con un amigo. Ravi aceptó, aunque no fue muy lejos. En lugar de abandonar el edifcio, decidió apostarse en una habitación cercana desde donde activó una cámara web para ver cómo Clementi tenía sexo con su pareja. Después tuiteó lo que habia visto.

Dos días después de ser descubierto en la Red, Tyler saltaba del puente de George Washington dejando tras de sí un último mensaje en Facebook: «Saltando del puente de GW. Lo siento». Para cuando la policía encontró su cuerpo, una semana después, el suicidio de Clementi se había convertido en una de las historias mas conocidas del país, llegando incluso a emocionar al presidente Barack Obama.

El propio estado de Nueva Jersey aprobó tres meses después de la muerte del estudiante una nueva legislacion antiacoso inspirada en su persona. Esta ley, la más dura de todo el país, exige a todos los institutos tener un departamento especial para el acoso infantil; permite a los centros expulsar a un acosador reincidente y eleva la responsabilidad de los profesores en caso de denuncia.

Darhun Ravi fue acusado de varios delitos de intromisión en la intimidad y un crimen de odio. Según documentos aportados en el juicio, Ravi, un estudiante de origen indio e hijo de emigrantes, ya sabía que Clementi era gay días antes de conocerlo en persona. Dotado de una mente especial para la informática, le llevó exáctamente 20 minutos conocer la orientación sexual de su compañero de habitación, gracias al correo electrónico que la universidad le había suministrado. Tras encontrar ese mismo correo en una habitación de chat gay, Ravi no tardó en tuitear a los cuatro vientos lo que sabía de Clementi: «Mi roomate es gay. Qué fuerte!!!», se podía leer en uno de sus mensajes.

análisis nueva legislación en EE.UU.