La ilusión engaña al cerebro

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Científicos gallegos en Estados Unidos desvelan los mecanismos que explican la percepción subjetiva del movimiento en imágenes fijas

08 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Antes de leer, mire fijamente la imagen que acompaña al texto. ¿Se ha movido?, ¿observa unos círculos giratorios en movimiento? Si la respuesta es afirmativa, no se preocupe, es una ilusión óptica, un engaño de la mente. O, si lo prefiere, la demostración de cómo el cerebro construye una ficción, de cómo a partir de una imagen estática se crea un movimiento ilusorio que no existe en la realidad. Esta diferencia entre la percepción subjetiva del movimiento modelada por las conexiones neuronales y la realidad objetiva, que puede ayudar a una comprensión más profunda de la mente, se sabe que ocurre, pero no exactamente por qué. Ahora lo acaba de descubrir, en un estudio realizado a partir de la ilusión óptica Serpiente giratoria, creada por el psicólogo japonés Akigoshi Kitaoka, un grupo de científicos gallegos que trabajan en Estados Unidos, cuyo trabajo ha merecido la portada de la revista científica The Journal of Neuroscience.

Parpadeos y microsacadas

La clave no está en los movimientos lentos del ojo, tal y como se sospechaba, sino en las microsacadas -movimientos microscópicos y rápidos del ojo- y en los parpadeos, mecanismos que son los que conducen al movimiento ilusorio.

«El trabajo nos permite entender mucho mejor los mecanismos que actúan en el cerebro para construir nuestra experiencia del movimiento», explica la investigadora coruñesa Susana Martínez-Conde, directora del Laboratorio de Neurociencia Visual del Instituto Neurológico Barrow, de Phoenix (EE.UU.), coordinadora de un estudio que tiene como autor principal al vigués Jorge Otero-Millán, que hace el doctorado en el centro estadounidense. «Las ilusiones visuales demuestran las maneras en que el cerebro crea una representación mental que difiere del mundo físico», añade Martínez-Conde.

Este hallazgo, en el que se midió el movimiento de los ojos en varios voluntarios, ayudará a entender mejor las bases neuronales de la percepción del movimiento, tanto en el cerebro normal como en el de pacientes con lesiones cerebrales, lo que puede contribuir al diseño de prótesis neuronales para personas con daño cerebral. «Una prótesis neuronal que no tenga en cuenta los detalles que ahora aportamos no tendrá tanta utilidad», apunta Martínez-Conde, que desde ayer está en Galicia para participar en la isla de San Simón en las jornadas Neuromagic 2012: Los engaños de la mente, que reúne a científicos y a magos para avanzar en la investigación sobre los mecanismos de atención del cerebro.