Hallan en Triacastela las primeras pinturas paleolíticas de Galicia

Francisco Albo
Francisco Albo MONFORTE / LA VOZ

SANTIAGO CIUDAD

Los arqueólogos calculan que pueden tener entre 25.000 y 10.000 años

21 ago 2012 . Actualizado a las 17:17 h.

No son ni mucho menos tan espectaculares como las pinturas de Altamira, Tito Bustillo y otras famosas grutas de la región cantábrica, no se reconocen fácilmente a primera vista y su estado de conservación deja mucho que desear. Pero los grabados y pinturas descubiertos en las excavaciones de Cova Eirós, en el municipio lucense de Triacastela, encierran un interés científico excepcional por ser las primeras muestras de arte rupestre del Paleolítico halladas en el noroeste ibérico.

El hallazgo fue dado a conocer ayer en la propia cueva en presencia del rector de la Universidad de Santiago, Juan Casares Long, y del conselleiro de Cultura e Educación, Jesús Vázquez. Sin embargo, nadie excepto los arqueólogos puede visitar por ahora la sala donde se encuentran estas obras, a la que solo se accede gateando por un estrecho túnel, ya que la fragilidad de las pinturas obliga a restringir al máximo la entrada de personas en la cavidad.

Primeros indicios

Los primeros indicios de la existencia de este conjunto de arte parietal surgieron cuando se examinó la sala en septiembre del 2011, dentro de la cuarta campaña de excavaciones realizada por arqueólogos de las universidades de Santiago y Tarragona en Cova Eirós, único yacimiento gallego del Paleolítico que contiene a la vez rastros del hombre de Neandertal y del Homo sapiens moderno. Mezclados confusamente con inscripciones y grafitos hechos por visitantes de la cueva en diferentes épocas (algunos hasta con firma y fecha), en las paredes de la cavidad -sobre todo en la orientada al este- se identificó una serie de trazos de pintura negra y surcos tallados en la roca que llamaron la atención de los investigadores. El hallazgo fue estudiado desde entonces por especialistas en arte prehistórico y sometido a diversos análisis, lo que permitó atribuir estos dibujos a dos etapas culturales del Paleolítico Superior. Algunos de ellos han sido encuadrados entre los períodos Gravetiense y Solutrense, con una antigüedad estimada de entre 25.000 y 20.000 años, y otros en el Magdaleniense, que podrían tener entre 15.000 y 10.000 años.