La nueva versión del sistema operativo llena la pantalla de inicio de iconos activos
26 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La era post pecé empieza oficialmente hoy con el lanzamiento de Windows 8, perfecta simbiosis entre el sistema operativo de los ordenadores personales y el de los dispositivos móviles como tabletas o smartphones. La nueva versión del software de Microsoft es una ruptura radical con el escritorio clásico que conocen los usuarios y supone una apuesta arriesgada en la que la compañía de Redmond (California) se juega buena parte de su futuro.
La pantalla de inicio ya no es una superficie limpia, sino un mosaico de iconos activos que muestran información en tiempo real de los programas a los que remiten: actualizaciones de Facebook, tweets, pronósticos meteorológicos, los últimos correos electrónicos recibidos... Los iconos pueden cambiar de sitio y tamaño -y el usuario puede anclar nuevas aplicaciones a la pantalla-, pero siempre siguiendo la disposición reticulada que estrenó hace dos años Windows Phone, el sistema operativo móvil de Microsoft.
Esta nueva interfaz está especialmente pensada para su manejo con pantallas táctiles, cada vez más populares en los ordenadores todo en uno de sobremesa. El ratón puede pasar a la historia y algunos fabricantes de periféricos, como Logitech, ya han sacado touchpads táctiles especialmente pensados para Windows 8.
Pasar de una ventana a otra sin una barra de tareas es ahora muy diferente. Y muchas funciones importantes sólo aparecen cuando se pone el cursor (o el dedo) en una esquina determinada de la pantalla. Los usuarios que no se adapten podrán acceder a un escritorio tradicional oculto bajo el mosaico, pero que ya no tiene botón Inicio.
Habrá cuatro versiones de Windows 8: Home Edition (la que vendrá instalada por defecto en los nuevos equipos), Pro, Enterprise Edition (para empresas) y Windows 8 RT, esta última para aparatos con procesadores ARM, como la mayoría de las actuales tabletas.