El nuevo papa: Los cardenales coinciden en la necesidad de reformar la curia
SOCIEDAD
Solo ocho electores, entre ellos Rouco, no habían llegado ayer a Roma
05 mar 2013 . Actualizado a las 12:48 h.Las congregaciones generales del Colegio de Cardenales no abordaron ayer si el sucesor de Benedicto XVI debe ser italiano o latinoamericano, blanco o negro, joven o viejo. Los prelados no estaban para vaticanología, entre otras cosas porque la primera reunión preparatoria del cónclave que elegirá el nuevo papa incluyó una pesada parafernalia: los miembros del colegio tomaron asiento en el aula según el orden de precedencia (obispos, presbíteros y diáconos); tras la oración inicial y el saludo del cardenal decano (Angelo Sodano), se procedió al juramento, que prestaron todos los presentes ante el crucifijo y apoyando la mano en el Evangelio. Pasaron este trámite 146 purpurados, de los que 107 son electores. Los ocho que faltaban, entre ellos el vilalbés Antonio María Rouco Varela, llegarán entre hoy y mañana.
Después se constituyó la congregación particular -integrada por el camarlengo, Tarcisio Bertone, y otros tres cardenales asistentes-, que se ocupa de asuntos ordinarios durante la sede vacante y se renueva cada tres días. A continuación, coffee-break e «intervenciones libres» de los prelados.
Solo trece tomaron la palabra por la mañana, pero los expertos señalan que en el ánimo de todos está el abordar con este cónclave una descentralización del gobierno de la Iglesia, una reforma profunda que acabe con las ambiciones de carrera y de poder de numerosos curas. Según el diario La Stampa, que cita a un cardenal, «la curia debe simplificarse, no debe gobernar a la iglesia, sino ofrecer un servicio al papa».
Respecto al escándalo Vatileaks, y aunque el español Carlos Amigo declaró ayer que «es mucho ruido por nada», su colega brasileño Raymundo Damasceno aseguró que «pesará» a la hora de votar. Los príncipes de la Iglesia quieren saber más. El sudafricano Wilfrid Napier afirmó que «si queremos tomar decisiones buenas, tenemos que informarnos mejor sobre algunos temas» y Francis George, de Chicago, fue tajante: «Haremos preguntas a los implicados».