











El calor y caballos fuertes por un buen año de pasto endurecieron la lucha
08 jul 2013 . Actualizado a las 19:43 h.Sabucedo (A Estrada) es lugar de curro ancestral. Y ayer demostró ese ADN que lo convierte en punto de peregrinaje obligado con una rapa a fuego. Era ardor el que ponían una treintena de aloitadores para hacerse con las crines de parte de los 200 caballos del coso. Enfrente, el ímpetu de unos animales este año mayor después de un invierno y primavera llena de pastos en los montes cercanos a esta parroquia. Además, algunos llevaban años sin bajar a la aldea. Y era fuego en forma de pasión por esta tradición de siglos la que demostraron los aproximadamente un millar de asistentes para disfrutar de esta batalla cuerpo a cuerpo que se tornó más épica al superar el termómetro los treinta grados.
Fue hora y cuarto de tú a tú. El curro, que minutos antes del inicio habían regado, pronto se elevó de temperatura. Los aloitadores estaban dispuestos a ello desde el inicio. El primero en el punto de mira fue un caballo que se ganó nombre propio en el curro: Chaparro. A su lomos saltó Santi, dando el primer paso de una coreografía perfecta. Gelo asió su rabo y Carlos se agarró a su cabeza. Chaparro ponía bravura en esta lucha. Se resistió, pero es difícil escaparse con las crines intactas cuando los aloitadores lo sitúan como objetivo. Hubo reconocimiento en el público, ayer menor que otras veces. Era curro para valientes en el coso, como siempre, y en la grada, por el calor y unas moscas este año más molestas, según los habituales.
Los mayores reconocimientos para los aloitadores llegaban con aquellos animales que querían regresar al monte sin ver la tijera, y más si para ser rapados caían sobre la arena. Alguno de los caballos incluso derribó a sus captores. Porque en esta batalla la única ley es la del que demuestra tesón y valentía. «Este ano cansa moito pola calor. Ademais os machos están moi briosos e fortes porque houbo bo pasto, e tamén están moi nerviosos». Las palabras las pronuncia Fernando, un aloitador de saga, la de los Obelleiro. Tampoco faltó el salto desde el muro del curro. Hubo que esperar a la recta final.
En la grada, debutantes y veteranos. Entre los primeros un grupo de Ubrique que lleva desde el viernes y participó en la subida al monte. Pidieron crines de los caballos, que irán para sombreros de romanos.
Sabucedo, además, trabajó para mantener el legado. Los más jóvenes saltaron primeros al curro para ir introduciéndolos en la rapa. Alguno en brazos de sus padres, pero demostraron valentía. Como Alejandro, un madrileño de 5 años con familia en la parroquia.
El calor provocó que algún espectador necesitase atención médica. Hoy será el último curro. Será el solidario y se adelantará a las 11.30 horas. Después, los caballos regresarán al monte hasta el próximo año.
También en Viveiro
Los montes de Buio y Lerín, en Viveiro, fueron escenario también ayer de la 45 edición de la Rapa das Bestas de Candaoso y de la feria anual de ganado cabalar. Los jinetes reunieron a unos 260 caballos que sobre las once y media de la mañana fueron encerrados en el curro. En un día espléndido, gran cantidad de público asistió a dos peleas de garañones y a la lucha de los hombres con los caballos.