Finalmente Cecilia Giménez recibirá la mitad de los ingresos por márketing que genera su peculiar restauración
21 ago 2013 . Actualizado a las 17:29 h.Cecilia Giménez, autora del curioso eccehomo de Borja, una peculiar «restauración» de un Cristo que hace un año se convirtió en hazmerreír mundial, obtendrá finalmente la mitad de los beneficios generados por la utilización comercial de su extravangante imagen. La mujer, de 82 años, se encomendó a sí misma entonces la misión de restaurar una obra pintada hace un siglo por un artista local sobre la pared de un santuario barroco de la localidad de Borja.
La cabellera con aspecto de pelaje de mono, la boca difuminada y la nariz mal perfilada nacidas de los pinceles de esta restauradora aficionada no tenían nada que ver con el original, un eccehomo de trazos finos con una corona de espinas pintado por Elías García Martínez en la década de 1910.
La «restauración» provocó inmediatamente la hilaridad de los internautas, dando pie a imitaciones en todo el mundo, a partir de retratos del Paquirrín, Michael Jackson o Homer Simpson. Pero, poco a poco, comenzaron a surgir también admiradores de la autora y nació en la Red una petición formal para que la obra conservase su nuevo aspecto. «El resultado de la intervención combina inteligentemente el expresionismo primitivo de Francisco de Goya con figuras como Ensor, Munch, Modigliani o el grupo Die Brücke, perteneciente a la corriente artística del expresionismo alemán», aseguraba el texto, firmado por 23.362 personas.
Muestra de su éxito, en el último año unos 57.000 visitantes han pasado por el santuario de Nuestra Señora de la Misericordia para fotografiarse junto al Cristo desfigurado, según la fundación benéfica que gestiona la iglesia. Esta fundación, propiedad del ayuntamiento de Borja, comenzó a cobrar un euro (1,4 dólares) a cada visitante para financiar la conservación de la pintura y sus obras de caridad.
Pero los verdaderos beneficios a los que aspira ahora Cecilia Giménez pueden venir de los derechos de utilización de la imagen en objetos tan variados como botellas de vino, tazas de café o camisetas. En virtud de un acuerdo que se firma hoy, Giménez obtendrá el 49 % de los ingresos por márketing y el resto irá a la fundación, explicó Juan María Ojeda, teniende alcalde de la localidad.
La mujer, de la que ya nadie se ríe, acaba de celebrar una exposición de sus propios cuadros en Borja pero no tiene ningún deseo de hacerse rica, explica su abogado, Antonio Val-Carreres. «Todos los beneficios que se toma de la explotación se destinan para fines benéficos tanto por parte de la fundación que por la parte de Cecilia Giménez», aseguró. «Eso es muy importante, que quede claro que nadie se va a lucrar de esta situación», insistió.
Varias compañías internacionales ya mostraron su interés en utilizar la imagen, aseguró, sin querer nombrarlas antes de que se firme un contrato. Para Cecilia, conocida ya como posiblemente la peor restauradora del mundo, es un giro radical. «Ahora parece que está todo el mundo contento», declaró la mujer al diario Heraldo de Aragón.
Pero no lo está todo el mundo. Los descendientes de Elías García Martínez lamentan que la obra desfigurada se conserve intacta en lugar de devolverla a su estado original. «Esta es la principal discrepancia», explica Ojeda. «Hay una parte de ellos que quiere la restauración, que seguramente es imposible ya, y otra parte que solamente pide que se retire de ese sitio y que se coloquen en otro lado», agrega. «Ellos no pretenden ningún beneficio económico», sino «un resarcimiento moral», asegura.
No obstante, tanto el ayuntamiento de Borja como el abogado de Giménez afirman estar dispuestos a incluir en el reparto a los descendientes del artista original si un día cambian de parecer.