Condenados por ser tan familiares

m. cedrón / m. G. balseiro REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

XAIME RAMALLAL

Los calderones tropicales son más propensos que otros cetáceos a varar en masa porque viven en grupos muy sociales guiados por una hembra líder que les marca el camino

09 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Aunque ha habido avistamientos anteriores, el Cantábrico no es mar para los calderones tropicales (globicephale macrorhynchus). De dónde venía el grupo cuyos miembros vararon ayer en la playa de Arealonga (O Vicedo), y anteayer en el arenal de Bares resulta una incógnita. Aunque probablemente procedan de la zona que rodea a las Canarias -aguas donde hay una elevada población estable de esta especie- podrían haber llegado también del este de los Estados Unidos. «El agua en el litoral norteamericano, a la altura de Galicia, es más cálida que en la costa gallega. La corriente del Golfo podría haberlos empujado a migrar desde allí hasta esta parte del planeta», explica Vidal Martín, presidente de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario, el mayor centro dedicado en el Atlántico al análisis de esta especie.

El grupo de Bares estaba en un medio hostil. Qué fue lo que los acabó trayendo hasta ahí es una de las cuestiones que urgen resolver los biólogos, para quienes las razones que han provocado este varamiento en masa -extraño en la costa de Galicia- son también una incógnita. «Sobre esto hay muchas teorías. Hay veces que las corrientes suben las temperaturas, lo que provoca que entren en áreas que no son las suyas. Puede ser que les hubiera ocurrido eso y que hubieran perdido la noción del espacio al llegar cerca de la playa», apunta Marisa Tejedor, coautora del informe Dinámica Poblacional del Calderón Tropical e investigadora de la sociedad canaria citada con anterioridad. Y basta con que se hubiera despistado el cetáceo guía para que el resto quede prácticamente condenados. «Son animales con unos lazos familiares muy importantes -añade esta bióloga-. En cada grupo hay una hembra dominante que marca el camino al resto. Son familias con muchas madres, tías... Los machos adultos pasan mucho tiempo fuera buscando otras hembras con las que reproducirse, pero luego regresan al grupo materno. Como muestra de ese apego por la familia puede recordarse que cuando nace una cría muerta pasan más de cinco días tratando de levantarla con el morro».

Esa sociabilidad es la razón que explica que los calderones tropicales sean unos de los principales protagonistas de varamientos en masa registrados a lo largo de todo el planeta. Basta con que enferme la guía o con que alguno de los miembros del grupo esté en peligro para que el resto vaya detrás.

Ahí entra en juego el efecto del sonar sobre las distintas especies de cetáceos. «El sonar puede causar efectos directos como solapar los sonidos que emiten estos cetáceos o que, como en el caso de los zifios, lo confundan con el ruido que emiten las orcas», dice Vidal Martín. En ese último caso, los animales asustados suben de repente a la superficie, lo que puede causarles graves daños o incluso la muerte porque no ascienden pausadamente para que no les afecte el cambio de presión.