Científicos gallegos patentan un tratamiento para la artrosis

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Prueban con éxito una molécula que se está ensayando para el cáncer

29 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) ha obtenido, en colaboración con la Rowan University de Estados Unidos, una patente internacional por la aplicación para el tratamiento de la artrosis y la artritis de una molécula que se está probando contra el cáncer. Los ensayos que se han realizado en modelos moleculares y celulares, y que ya se han iniciado en animales, son más que esperanzadores, ya que el compuesto protege de la degradación del cartílago y frena la destrucción articular.

«Los fármacos que existen en la actualidad son para tratar el dolor, son analgésicos que no frenan la progresión de la enfermedad. El tratamiento que proponemos sí lo hace», explica Francisco Blanco, responsable del área de investigación de Enfermedades Reumatológicas del Chuac y director del Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña.

El avance surgió de la investigación básica en enfermedades reumáticas del equipo de Blanco, una referencia internacional en este campo. El grupo demostró recientemente, y por primera vez, que los condrocitos, las células del cartílago, el tejido que cubre el hueso y le permite la movilidad, mantienen conexiones entre sí, cuando hasta ahora se pensaba que funcionaban de forma aislada y que no mantenían vínculos entre ellas. Y no solo eso, sino que en esta comunicación transfieren sustancias en forma de nutrientes como glucosa, aminoácidos esenciales o microARN, con lo que cumplen una misión metabólica imprescindible. O, dicho de otra forma, preservar esta conexión intracelular es un proceso básico para el buen estado del cartílago.

Menor toxicidad

¿Cómo conseguirlo? Aquí es donde entró en juego el equipo de Gary Golsberg, de la Rowan University, que ya había mantenido un contacto previo y fructífero con los profesionales gallegos. Fue entonces cuando los norteamericanos les propusieron probar una molécula, Masl, que estaban ensayando en terapias anticancerígenas. La premisa esencial para arrancar con la experimentación es que el cartílago dispusiese de unos receptores, la podoplanina, necesarios para que el compuesto sea operativo. Y su presencia en el tejido fue demostrada por los científicos coruñeses. Es más, comprobaron que la molécula no solo no mataba los condrocitos, sino que tenía un efecto positivo en la adhesión y proliferación celular. «También vimos -explica Francisco Blanco- que inhibe la producción de sustancias tóxicas propias de enfermedades inflamatorias».

A partir de esta investigación y con la patente de la aplicación, el equipo americano propuso al gallego que se encargase del desarrollo de la molécula para el tratamiento de la artritis y la artrosis, tanto a nivel molecular como clínico, para dar el salto a los ensayos en humanos.

«El equipo de Golberg nos propuso ser un satélite de ellos y tampoco descartamos que aquí podamos crear una empresa a partir de esta aplicación si van bien las cosas», apunta el investigador y responsable del área de investigación de Enfermedades Reumatológicas del Chuac.