Traumatismos por golpe o hidrocución, son dos de los riesgos de los que alertan los expertos
04 jun 2014 . Actualizado a las 00:55 h.Lo que empezó siendo un gesto solidario, se ha convertido en el último grito en internet. Pocos pueden presumir ya de que en su muro de Facebook ninguno de sus amigos se hayan bañado siguiendo el «Legado de Tibu». Aunque Misuri (Estados Unidos) fue su lugar de origen, ya que los vecinos de Tarkio comenzaron a bañarse en agua fría para ayudar a sufragar el tratamiento de un bebé de cuatro meses con cáncer, Suiza ha sido desde dónde se ha multiplicado para llegar a Galicia. Allí, Damián Pereira, un joven de Camariñas, importó este curioso ritual a su pueblo natal nominando a tres de sus amigos con la condición de que si en 48 horas no se bañaban en agua fría deberían pagarle una mariscada. Y desde Camariñas llegó a toda la Costa da Morte y poco a poco al resto de la comunidad demostrando esa máxima de que cualquier habitante de la Tierra está conectado con cualquier otro a través de un máximo de seis grados de separación.
En las últimas semanas, se han presenciado baños en playas, puertos, ríos, lavaderos, fuentes, a base de manguerazos o de cubos o en una biblioteca compostelana llena en plenos exámenes universitarios ataviados, en ocasiones para darle un mayor toque de humor, con pijamas, disfraces de todo tipo o en ropa interior. Niños, adolescentes, treintañeros, padres o abuelos de Galicia y del extranjero -ya hay vídeo con el Big Ben londinense de fondo- ya han cumplido con una broma que ha llegado hasta los políticos. La mayoría de los alcaldes de la Costa da Morte, de A Mariña y del Barbanza ya se han bañado siguiendo el «Legado de Tibu». Cosa muy diferente sucede con algunos diputados del Parlamento Gallego o el propio presidente de la Xunta.
Cualquier sitio parece bueno para cumplir con el «Legado de Tibu». La única regla es mojarse en agua fría y subirlo a la red. Sin embargo, esta locura por buscar el sitio más espectacular o más innovador ha empezado a generar miedo entre el sector del socorrismo. Los expertos alertan de que son sobre todo dos los riesgos que corren las personas que han caído en las redes de esta nueva moda.
Por un lado, existe el peligro «potencial» de sufrir un golpe por traumatismo. «En multitud de casos, los que se introducen en el agua lo hacen de forma totalmente imprudente», explica Pablo Sánchez de la RedVigías que califica esta práctica como «insalubre». Además, los que llevan a cabo el «Legado de Tibu» también corren el riesgo de sufrir hidrocución, la mal llamada popularmente corte de digestión. Esto se debe a que se sufre un «shock termodiferencial (diferencia brusca de temperatura) que se caracteriza por un estado de síncope provocado por el contacto brusco con el agua fría, que desencadena un reflejo de inhibición de la respiración y la circulación generando una sobrecarga cardiaca que ocasiona en la mayoría de los casos una parada cardiorrespiratoria y la muerte».