Cocido maragato a domicilio

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

OURENSE CIUDAD

Un chef vigués recurrió a sus diez años de experiencia en El Celler de Can Roca para envíar el plato envasado al vacío desde Castrillo de los Polvazares a cualquier punto de España

15 jun 2014 . Actualizado a las 12:45 h.

La Maragatería disfruta de una posición estratégica en el flujo de comunicaciones y transportes entre Galicia y la Meseta. Hoy en día los arrieros maragatos ya no pisan sus caminos, pero no son pocos los viajeros que se desvían de la Autovía del Noroeste hacia el pueblo de Castrillo de los Polvazares para comer el célebre cocido que lleva el nombre de la comarca. Son numerosos también los que se desplazan a propósito para cumplir con ese objetivo gastronómico. Ahora podrán hacerlo también en sus casas.

El chef vigués Alfonso Botas, propietario del restaurante El almacén del arriero, ha puesto en marcha la iniciativa pionera de enviar el cocido ya preparado, envasado al vacío y listo para su consumo siguiendo unas sencillas instrucciones que se incluyen en la caja. «En el restaurante, los comensales de cada mesa son de un sitio diferente. Pueden coincidir de Jaén, Vigo o Valladolid», describe. «Son muchos los que aprovechan un viaje para comer aquí y también recibimos clientes que vienen en el día solo por la comida, muchos de A Coruña o de Oviedo», añade. De esta forma se le ocurrió que no sería mala idea enviarles el cocido a casa si tenían un antojo o no podían venir.

Botas recurrió a sus tres años de experiencia en El Celler de Can Roca, donde los hermanos Roca desarrollaron técnicas pioneras de cocina al vacío. Empezó a ensayar y los primeros resultados fueron alentadores. Pero la verdadera prueba le llegó con el pedido de un cliente de su tiempo al frente del restaurante del museo Marco de Vigo: «Me llamó y me preguntó si no le podía enviar diez cocidos. Así que me puse a ello y se los mandamos. Quedaron encantados». Además de que el cocido viajase bien, lo que convenció al chef fue que aquel cliente, sin ninguna experiencia en la cocina, le dio el toque final al cocido maragato sin mayor problema. «No hay que hacer nada complicado, solo seguir un par de instrucciones y si tienen alguna duda, nos llaman por teléfono», aclara Botas.

El cocido, que viaja al vacío en unas cajas térmicas y en el servicio de frío de una mensajería, incluye las carnes, los garbanzos y el repollo, además de los fideos para preparar la sopa. Para que la experiencia sea completa, lleva también el preparado de natillas caseras y un bizcocho, junto a una botellita de aguardiente de hierbas que el chef trae de Ourense.

Botas, que tiene vinculación familiar con Castrillo de los Polvazares, de donde era natural su abuelo, que se casaría con una gallega de Pontedeume, apenas lleva unos días despachando los cocidos pero ya salen a buen ritmo a distintas ciudades españolas. Tampoco descarta ampliar la oferta a otros países europeos. Los pedidos salen a un precio de 20 euros por comensal y hay que reservarlos con al menos tres días de antelación, no solo por el proceso de cocinado y envasado, sino también por el clásico remojo.