El religioso infectado por ébola, ingresado en el hospital Carlos III de Madrid

EFE

SOCIEDAD

Miguel Pajares ha sido puesto en régimen de aislamiento tras ser repatriado en un avión militar

07 ago 2014 . Actualizado a las 14:05 h.

El religioso Miguel Pajares, el primer español infectado por el virus del Ébola, y la misionera Juliana Bohi, que aterrizaron en la base de Torrejón de Ardoz esta mañana, han llegado sobre las 9.30 horas al hospital Carlos III de Madrid, donde han ingresado para recibir tratamiento.

Miguel Pajares presenta una «situación clínica estable», según el primer informe médico facilitado tras su llegada al hospital, mientras Juliana Bohi, que no está contagiada, se encuentra en «muy buen estado general».

Dos ambulancias equipadas con medios de aislamiento biológicos han trasladado a los dos pacientes desde Torrejón hasta el hospital, en el que han entrado por una puerta diferente a la habitual, mientras un helicóptero de la Policía Nacional sobrevolaba la zona.

Las ambulancias del SUMMA (servicios de emergencias médicas de Madrid), cuyos conductores iban protegidos con mascarillas, iban escoltadas por varios coches y motos de la Policía Nacional conformando una larga comitiva.

La entrada al hospital se ha producido por la puerta por la que se accede a los institutos de Investigación Cardiovascular y Oncológicos, lo que ha cogido desprevenidos al más de medio centenar de periodistas que, desde primera hora de la madrugada, hacían guardia en la entrada principal.

El resto del Hospital funciona con normalidad y desde primera hora de la mañana se han ido incorporando a sus puestos los trabajadores sanitarios y administrativos del centro, mientras varios camiones descargaban su mercancía en la cafetería o en el servicio de lavandería.

Cerca de una docena de pacientes a los que no se les había anulado la cita han acudido a hacerse análisis clínicos y, tras ser informados de la situación, han abandonado el hospital.

El sacerdote ha sido internado en el edificio del Carlos III donde se ha habilitado la sexta planta y, en concreto, tres habitaciones individuales de aislamiento con esclusas con presión negativa, aunque esta presión no es necesaria para casos de ébola, según la consejería de Sanidad de la comunidad de Madrid.

El personal del hospital y los equipos de protección personal están listos desde ayer para su uso.

Los treinta pacientes que se encontraban hasta ahora en las instalaciones de La Paz-Carlos III fueron trasladados ayer al edificio del hospital de La Paz con el mismo personal que les atendía.

En el hospital Carlos III están activados los protocolos marcados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que garantizan un riesgo mínimo para la atención a los pacientes con este tipo de enfermedades infecciosas.

Sin peligro para la sociedad

La directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, explicó ayer que todos los trámites se han realizado para que «la seguridad esté absolutamente garantizada para toda la sociedad y todos los españoles». «La infección por el virus del ébola no tiene cura, sólo tratamiento de soporte», ha recordado la directora general, quien ha añadido que lo esencial es paliar la «condiciones de inestabilidad» que sufre el enfermo, motivo por el que se traslada a Pajares.

Decisión «política y no sanitaria»

Por su parte, la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), ha dudado de que la repatriación de enfermos de ébola sea una «medida apropiada» debido a los recortes en Sanidad de la Comunidad de Madrid y el «desmantelamiento y deterioro» que ha sufrido el Carlos III, así como que España esté preparada para asumir los riesgos de contagio.

Lo mismo opina el médico radiólogo del Hospital de La Paz y presidente de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts) -sindicato mayoritario-, Daniel Bernabéu, que, en declaraciones a EFE, ha considerado que la decisión de traer al sacerdote es «política y no sanitaria».

932 muertos

El brote de ébola que asuela África Occidental ha infectado ya a 1.711 personas, de las cuales 932 han muerto, según el último recuento realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Del 2 al 4 de agosto, en los cuatro países afectados por la epidemia, Guinea Conakry, Liberia, Nigeria y Sierra Leona, hubo un total de 108 casos nuevos y 45 fallecidos.

Por países, Guinea Conakry registró 10 nuevos casos y 5 muertos, lo que eleva el número de contagios a 495 nuevos casos y 363 muertes. Liberia contabilizó 48 nuevos casos y 27 decesos, por lo que la cifra de contagios asciende a 516 y la de decesos a 282. Nigeria registró 5 nuevos casos de contagio, pero no hay que lamentar ninguna muerte, por lo que el total se eleva a 9 infectados y un deceso. Por su parte, Sierra Leona registró 45 casos y 13 muertes nuevos, por lo que la cifra total de personas contaminadas asciende a 691 casos y 286 fallecidos.

La OMS ha convocado una reunión de su Comité de Emergencia para que los expertos que lo componen determinen si la actual epidemia constituye una «emergencia sanitaria de alcance internacional». Los expertos decidirán, además, qué medidas hay que tomar en caso de que estemos realmente ante una emergencia de alcance internacional, e informarán de las mismas a la directora general de la institución, Margaret Chan, que a su vez tomará la decisión de declararla o no.

Los portavoces del organismo además siguen insistiendo en su preocupación porque persisten las creencias erróneas en torno a la enfermedad, y la población no renuncia a costumbres ancestrales como lavar y abrazar los cadáveres antes de enterrarlos, lo que expone al contagio con el virus. La enfermedad -que se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados- causa hemorragias graves y puede tener una tasa de mortalidad del 90 %. Esta es la primera vez que se identifica y se confirma una epidemia de ébola en África Occidental, pues hasta ahora siempre se habían producido en África Central, y ya se ha convertido en la más letal de la historia de la enfermedad.