Heridas en la piel de As Catedrais

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso RIBADEO / LA VOZ

SOCIEDAD

XAIME RAMALLAL

La práctica de los visitantes de grabar sus nombres en las paredes de una de las cuevas del monumento natural de Ribadeo se extiende este verano con impunidad

13 ago 2014 . Actualizado a las 18:52 h.

¿Se imaginan a alguien grabando su nombre en el Pórtico da Gloria? Pues esa es la práctica que se está convirtiendo en una lamentable moda este verano en otra catedral, la de las playas, en Ribadeo. Las cuevas y arbotantes de As Catedrais, que el mar tardó miles de años en pulir, en labrar a golpe de olas y del incesante vaivén de las mareas, son degradadas de un plumazo por los seres humanos. Con cualquier útil usado a modo de estilete se graban en un instante los nombres que pueblan ya las paredes de una de las cuevas. Roto el tabú, unos incitan a otros y así se monta una cadena de la que van surgiendo con impunidad los nombres de Aaron, Rosa, David, Andrea, Manu, Chava, Bea, Rosana...

Es, probablemente, la mejor evidencia de hasta qué punto el espacio está amenazado y de que es urgente poner en marcha un plan de protección, tal y como se ha hartado de reclamar el alcalde de Ribadeo, el nacionalista Fernando Suárez. El paso diario de miles de personas se nota en los senderos que se van creando, en los bancos de percebes esquilmados... Pero esta perniciosa moda es mucho más agresiva. «Sinto vergoña. É intolerable. Empezamos a ver a cara dun turismo negativo, desaforado... Estanse confirmando todos os temores que vimos repetindo dende fai anos. E insisto en que se non nos xuntamos todas as administracións para regular isto, os nosos fillos non nolo van perdoar».

Su discurso es conocido, pero, ¿elude el alcalde su responsabilidad?, ¿por qué el Concello no habilita más personal para evitar estos desmanes? Suárez es tajante: «Se eu poño vixiantes, ¿quen os paga? Non temos nin un metro de propiedade en As Catedrais. Oxalá o tiveramos, porque outro galo cantaría. A praia é pública e estamos fartos de dedicar cartos a socorristas, guías, limpeza... As Catedrais require un plan en conxunto de todas as administracións, e regular o acceso. E se nun día non pode entrar na praia toda a xente, pois que se queden a durmir e que o fagan ao día seguinte, que temos hoteis e restaurantes suficientes», añade.

Además de grabar los nombres en las paredes, otra práctica que se está extendiendo este verano es hacerlo en cantos rodados y losas que después se exponen, apoyadas en los estratos de la pared de la cueva. Cada vez más visitantes optan por crear hitos, piedra sobre piedra, como si fuesen peregrinos. «Iso non ten tanta importancia, porque cando ven o mar o leva todo», comenta uno de los socorristas. Lo de las paredes ya es otra cosa, la voz de alarma de un monumento natural amenazado.

Simulacro de rescate

Urge reaccionar ante el tumulto de visitantes porque, además, el riesgo de desprendimientos en los barrancos y de que alguien caiga por los acantilados de más de treinta metros es elevado. Milagrosamente, en un espacio tan frágil y cambiante, de momento no se han producido accidentes. Para estar preparados, ayer se llevó a cabo un espectacular simulacro de rescate en el que los bomberos descendieron por cuerdas por un acantilado y recogieron a supuestos heridos. Concluido el operativo, el público, con más de uno pasmado por la sorpresa, rompió en aplausos.