La auxiliar gallega ha dejado de tener fiebre pero su estado sigue siendo «estable dentro de la gravedad». Descartan otro caso de contagio y recibe el alta una de las enfermeras en observación, mientras otras 15 siguen ingresadas. SIGUE AQUÍ TODA LA INFORMACIÓN
12 oct 2014 . Actualizado a las 14:42 h.Tras haber estado al borde la muerte el pasado jueves por una crisis respiratoria -provocada por un edema en el pulmón-, la auxiliar de enfermería Teresa Romero se encontraba ayer «estable dentro de la gravedad», pero, según fuentes hospitalarias, estaba consciente en todo momento y hablaba con el personal sanitario que la atiende, formado por tres médicos y siete enfermeros y auxiliares.
La estabilización de la auxiliar de enfermería gallega ingresada en el Hospital Carlos III de Madrid llevó ayer un cierto optimismo al equipo médico aunque, como informó el recién creado comité especial de seguimiento de la crisis, su estado «no presenta cambios significativos» y sigue siendo grave.
La información oficial fue corroborada a última hora de la tarde de ayer con una serie de fotos servidas por la agencia Reuters en las que aparece Teresa Romero recibiendo terapia respiratoria, y en las que se puede apreciar la recuperación de la auxiliar de enfermería. En la cadena de televisión La Sexta se decía, citando fuentes oficiosas del hospital, que los últimos análisis de Teresa Romero mostraron que hay cada vez menos restos del virus en la sangre y que ella generaba anticuerpos. El hermano de Teresa Romero, José Ramón, comentó ayer por la noche en televisión que ella «ha dejado de tener fiebre» y que ha mejorado, pero que «todavía es pronto» para bajar la guardia. También aclaró que cuando el jueves dijo que ella estaba intubada, tal vez se equivocó, fruto del desconocimiento y los nervios.
Sí parece que el mayor problema añadido la auxiliar gallega es pulmonar, ya que la crisis del jueves fue causada por el encharcamiento de los pulmones, del que todavía sufren secuelas. Teresa Romero se contagió de ébola mientras estuvo atendiendo al sacerdote Manuel García Viejo, que permaneció en el hospital Carlos III entre los días 22 y 25 de septiembre, cuando murió. Ella comenzó a tener malestar poco después, sobre el día 30, y su salud fue empeorando con el paso de los días. Sin embargo, no ingresó en el hospital de referencia hasta el lunes pasado, 6 de octubre, lo que ha provocado una crisis sociosanitaria en el país. Su estado tuvo varios altibajos.
Hasta el momento, Romero ha recibido tres tratamientos distintos, todos ellos experimentales, para salvarle la vida. El más repetido es el plasma de dos monjas que habían superado la dolencia en África, así como un antiviral llamado favipiravir y el ZMab. Algunas fuentes señalaron que se está suministrando un «cóctel de fármacos nuevos», pero no detallaron el nombre del terce medicamento utilizado, y no quedó claro si sería el más conocido de todos, el ZMapp, agotado desde agosto.