En Galicia solo hay 10 dispositivos, que son aconsejados para el 50 % de los menores con diabetes
29 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.De pincharse hasta cinco veces al día a hacerlo una cada tres días y olvidarse de la diabetes. Esa es la gran diferencia que para un niño puede tener usar o no una bomba de insulina. La Federación de Diabéticos alerta de la escasísima implantación de estos dispositivos en la población infantil gallega. Aunque los estudios internacionales consideran que el 50 % de los menores de 12 años con diabetes tipo 1 deberían usar este sistema de aplicación de la hormona, en España apenas llega al 4 % de los niños, y en Galicia, dicen desde la agrupación de pacientes, solo hay diez bombas en el ámbito pediátrico.
La bomba de insulina es un sistema de aplicación de la hormona muy sencillo. Programada por el médico que sigue al paciente, se establece una infusión de dosis adaptada a las necesidades: horarios de comida, de ejercicios, de sueño... La bomba ocupa menos que un móvil y se puede llevar en un cinturón, por supuesto conectada con una cánula al paciente.
Reduce las hipoglucemias
Este recibe las dosis preestablecidas de insulina sin tener que realizar las dos cosas más habituales para los diabéticos: medirse la glucosa y pincharse la medicación.
En el caso de los niños, este sistema de aplicación automático aporta sobre todo tranquilidad a los padres, ya que se reduce hasta cuatro veces el riesgo de una hipoglucemia, incluso de noche. Sus ventajas son tales que la Agencia de Evaluación de Tecnología Médica Nice aconseja que la lleven el 50 % de los pacientes pediátricos, y de hecho en Noruega la portan el 60 % de estos, en Alemania el 45 % y en Eslovenia, a la cabeza de Europa, el 75 % de los niños con diabetes tipo 1. España, en cambio, está a la cola, por detrás de países como Polonia o Grecia, y Galicia incluso peor.