Atribuyen el aumento del trastorno bipolar a la presión de la industria farmacéutica

a. p. MADRID / COLPISA

SOCIEDAD

En los últimos 20 años esta patología ha aumentado de forma espectacular, hasta un 4.000 % en Estados Unidos

01 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La antes llamada enfermedad maníaco-depresiva, ahora rebautizada como trastorno bipolar, ha experimentado un crecimiento exponencial. En los últimos 20 años esta patología ha aumentado de forma espectacular (hasta un 4.000 % en Estados Unidos), de modo que ahora afecta a entre el 10 % y el 15 % de la población. Para el psicoanalista Darian Leader, tal prevalencia es sospechosa y puede obedecer a razones espurias. Leader, autor del breve pero contundente ensayo Estrictamente bipolar (Sexto Piso), cree que la propagación de la enfermedad tiene una sencilla explicación.

Cuando a mediados de la década de los noventa caducaron las patentes de muchos medicamentos antidepresivos, la poderosa industria farmacéutica compensó la mengua de sus ingresos induciendo una expansión de los diagnósticos de la bipolaridad. Con el cambio de los criterios diagnósticos, que incluyó modalidades menos graves de la dolencia, más y más gente entró dentro de la categoría de enfermo maníaco-depresivo. Por añadidura, la alteración de los estados de ánimo inusuales, de la depresión a la euforia y al revés, traduce el ritmo vertiginoso de las sociedades modernas. Sumados todos estos factores, los casos de trastorno bipolar afloraron como setas, lo cual banaliza un problema que puede llegar a ser muy grave.

La industria farmacéutica, que financia la mayor parte de las investigaciones médicas, se preocupó de que proliferaran los artículos y congresos que defendían la tesis que abonaba su nicho de mercado. Según Leader, psicoanalista lacaniano, la historia no es nueva. A la era de los ansiolíticos, que encontraron su esplendor en los años 70, le sucedió la era de los antidepresivos, precisamente cuando empezaron a divulgarse los efectos nocivos del abuso de tranquilizantes. Para el autor del libro no es casual que las recetas de fármacos para estabilizar el ánimo en los niños hayan aumentado un 400 %. Ni tampoco es casual que famosos como Catherine Zeta-Jones, Stephen Fry, Jean-Claude Van Damme, Demi Lovato, Adam Ant, Tom Fletcher o Linda Hamilton hablen sin recato de su condición bipolar.