Este proyecto ha dado a científicos y conservacionistas una nueva visión más optimista sobre el impacto de la disminución de estos simios en peligro de extinción que viven en África central
09 abr 2015 . Actualizado a las 22:50 h.La secuenciación completa del genoma de los gorilas de montaña ha revelado que el aumento de la endogamia de esta especie por la disminución de su población ha hecho desaparecer variaciones genéticas perjudiciales para su supervivencia, y que se han adaptado a vivir en grupos pequeños desde hace centenares de años. La investigación, que publica el jueves la revista Science, la han llevado a cabo un equipo internacional en el que han tenido un papel relevante los científicos del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) de Barcelona, un centro mixto entre el CSIC y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), y el Centro Nacional de Análisis Genómica (CNAG).
El primer proyecto para secuenciar todo el genoma de los gorilas de montaña ha dado a científicos y conservacionistas una nueva visión más optimista sobre el impacto de la disminución de estos simios en peligro de extinción que viven en África central.
El investigador del IBE y del CNAG y profesor de Ciencias Experimentales de la UPF Tomás Marqués-Bonet ha explicado a Efe que la investigación ha revelado «una cosa mala y otra buena». «La mala es que los gorilas de montaña tienen un alto nivel de consanguineidad porque son muy endogámicos y eso no es bueno per se, pero la buena es que son endogámicos desde hace centenares de años y se han adaptado genéticamente a ello y han sobrevivido los más fuertes y eliminado los más débiles, lo que es bueno para la preservación de la especie», ha dicho Marquès-Bonet.
«Tres años después de la primera secuenciación del genoma del gorila, y tras secuenciar más de 30 genomas más, incluido el del famoso Copito de Nieve, ahora hemos recibido sangre de los gorilas de montaña y hemos podido secuenciar su genoma y compararlo con otros simios, y empezar a entender sus similitudes y diferencias, y el impacto genético de la endogamia», ha señalado Marquès-Bonet.
El alto nivel de consanguineidad
Los investigadores, interesados en saber cómo afectaba la endogamia a los gorilas de montaña, se han sorprendido al encontrar que muchas variaciones genéticas perjudiciales han desaparecido de la población precisamente a través de la endogamia.
Aunque los científicos están preocupados por el alto nivel de consanguineidad, que puede hacer que los gorilas de montaña sean más vulnerables a los cambios ambientales y enfermedades endémicas, incluyendo infecciones de virus humanos, la endogamia ha sido, de alguna manera, genéticamente beneficiosa para esta especie. «Observamos la deriva genética y que los genomas crean mecanismos para erradicar mutaciones deletéreas debido al pequeño tamaño de su población», ha afirmado Javier Prado Martínez, co-primer autor del estudio e investigador del Instituto de Biología Evolutiva.
Usando muestras de sangre recogidas durante años por Gorilla Doctors, que trata los gorilas salvajes heridos por trampas, los investigadores han podido secuenciar los genomas completos de siete gorilas de montaña. Comparando estos con genomas de gorilas de las tierras bajas del Este, sus vecinos más próximos, han observado que hay menos variantes nocivas en los gorilas de montaña, variantes que pueden causar graves problemas de salud, a menudo fatales.
Mediante el análisis de cada genoma, los investigadores también han determinado cómo ha cambiado el tamaño de la población de los gorilas de montaña en los últimos millones de años. Según sus cálculos, la población media ha sido de unos pocos cientos durante miles de años, mucho más tiempo del que se pensaba.
Afincados en la frontera de Ruanda
El número de gorilas de montaña que viven en la cordillera volcánica de Virunga, en la frontera de Ruanda, Uganda y la República Democrática del Congo, cayó a 253 ejemplares en 1981 como resultado de la destrucción del hábitat y la caza. Desde entonces, los esfuerzos de conservación dirigidos por Ruanda Development Board y las organizaciones de conservación y el apoyo de los turistas que quieren visitar los famosos gorilas gracias a la primatóloga Dian Fossey han aumentado hasta los aproximadamente 480 que hay en la actualidad.
Los científicos creían catastrófico el descenso de gorilas de montaña en la década de 1980, pero los análisis genéticos sugieren que han hecho frente a tamaños pequeños de población durante miles de años, por lo que ahora creen que pueden permanecer en estas condiciones durante miles de años más. Los datos genómicos recopilados ayudarán además a identificar el origen de los gorilas que han sido capturados o matados ilegalmente y harán que sea más fácil llevar a los tribunales los furtivos.
En la investigación, además del IBE (CSIC-UPF) y el CNAG, han participado las universidades de Cambridge, Cardiff, Copenhague y Bolonia, así como el Copenhague Zoo, Ruanda Development Board, Howard Hughes Medical Institute y Gorilla Doctors.