El fútbol, asignatura obligatoria en China

Sara R. Estella PEKÍN

SOCIEDAD

CHINA DAILY | REUTERS

El gigante asiático impone este deporte en los colegios con el objetivo de ganar un Mundial

20 abr 2015 . Actualizado a las 15:49 h.

En el colegio público Shijia, en el centro de Pekín, los alumnos acaban de estrenar un campo de fútbol. Lo han construido a contrarreloj sobre la azotea del edificio, el único lugar que quedaba libre, porque en el patio y el polideportivo el espacio se reparte entre pistas de baloncesto, de tenis y de bádminton. Como este, los centros educativos de China adecúan estos días su horarios y sus instalaciones para poder impartir la nueva asignatura obligatoria que el Gobierno acaba de implantar: el fútbol.

A partir de septiembre, más de doscientos millones de alumnos de primaria y de secundaria tendrán que demostrar su destreza con el balón para sacar buenas notas. El fútbol será una materia tan importante como las matemáticas o la literatura, por lo que también tendrán que hincar los codos para aprender la historia del deporte rey así como sus principales estrategias. «De momento hemos incluido las horas de fútbol dentro de la clase de gimnasia y a partir de septiembre tendremos los libros de texto y un horario propio», explica el monitor de fútbol Xu Li Zheng.

Detrás de esta decisión subyace la gran pasión por el fútbol del presidente chino. Xi Jinping, forofo declarado de este deporte, ha expresado en más de una ocasión que no se conforma con que su país sea una gran potencia económica, sino que también debe destacar en el ámbito deportivo. A pesar de que China es, junto a Estados Unidos, la potencia que más medallas olímpicas atesora, Xi considera que para hacerse un nombre como potencia deportiva, su país tiene que ganar un Mundial de fútbol.

Precisamente, el balompié es la espina que tiene clavada el gigante asiático. Su mayor logro futbolístico fue la clasificación en el 2002 para la Copa del Mundo de Corea y Japón. En aquella ocasión, la selección nacional china fue eliminada en primera ronda y sin marcar ni un gol, para disgusto de sus fervorosos seguidores. El último episodio bochornoso se produjo en el 2013, cuando el combinado chino, dirigido por el técnico español José Antonio Camacho, perdió 5-1 contra un equipo de suplentes y juveniles de la selección tailandesa.

Para dar luz a tantas sombras, el Gobierno chino se ha propuesto empezar a pulir talentos del balón desde edades tempranas. Además de implantar el fútbol en el calendario escolar, en los dos próximos años tiene previsto abrir más de 20.000 academias en todo el país. Como apoyo, también se subvencionarán programas de formación en el extranjero, incluida España.

Con el sueño de demostrar algún día su ansiado poderío futbolístico, China aspira a organizar un Mundial en un futuro. Habrá que esperar para comprobar si tanto empeño, con golpe de talonario incluido, le sirve al gigante asiático para ganar por goleada.