La reválida de sexto, muy analítica

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

M. MORALEJO

Dos alumnos gallegos realizan la mayor parte de las pruebas finales de primaria, muy largas y distintas a como se examinan el resto del año

13 may 2015 . Actualizado a las 16:17 h.

Mientras Galicia se prepara para el examen de fin de curso de 22.000 niños de tercero de primaria, el Ministerio de Educación promociona en su web las reválidas de sexto, una prueba que organiza la comunidad autónoma y que aunque no es selectiva, sí supone una guía para padres y profesores sobre la conveniencia o no de que el alumno pase o no a secundaria.

La Voz ha entregado un extracto de estas pruebas a dos alumnos gallegos, ambos de centros públicos en las provincias de A Coruña y Lugo. Uno de ellos estudia 6.º de primaria; el otro, 1.º de la ESO. Dado que el examen se ha probado a finales de curso no parece diferencia de nivel destacable, pues ambos estudiantes superaron sin dificultad las preguntas. Los pocos errores fueron despistes o por no entender la pregunta, alguna de dudosa claridad hasta para un adulto.

Competencia lingüística

Preguntas diferentes. Hay acuerdo entre los dos alumnos: en sus exámenes tradicionales las preguntas son más teóricas, no tienen que escuchar una narración para contestar cuestiones después -«nunca había tenido que escuchar en el examen de lengua una narración», decía uno de los voluntarios- y en general les parecen más difíciles (las de clase).

Fallaron en la interpretación. La prueba incluye una estadística sobre las actividades de ocio de unos estudiantes y la pregunta parece fácil: interpreta los resultados de la gráfica y comenta los resultados que te parezcan más llamativos. Ninguno de los dos alumnos lo hizo bien, porque o se decantaron por la opinión o por la enumeración de los datos sin más. Es un ejemplo de cómo los estudiantes no saben analizar, sino que están acostumbrados a repetir lo que se les pide que estudien.

Comparar dos fotos, difícil. Si bien la realización de eslóganes les resultó muy fácil a ambos estudiantes, otro asunto fue comparar dos fotos. Se trataba de dos imágenes de León -se ven las agujas de la catedral y la muralla- tomadas desde el mismo punto pero con decenas de años de diferencia. Aunque las respuestas de los dos alumnos fueron correctas, volvieron a tener pequeños fallos de interpretación. Por ejemplo, ante la pregunta ¿qué semejanzas y diferencias encuentras? las respuestas fueron muy técnicas -«las casas» o «hay edificios distintos» - cuando lo interesante era cómo había cambiado el entorno con el paso de los años, haciéndose más urbano, por ejemplo.

Pregunta mal redactada. La prueba de comprensión oral y escrita la realizaron ambos a la perfección, aunque una pregunta estaba mal redactada: «¿A partir de qué año el ser humano se conoce el deporte como actividad de esparcimiento?» en vez algo más sencillo y bien explicado del estilo ¿desde cuándo se sabe que las personas practicamos deporte por ocio?

Competencia en ciencias

Más fácil. Fue la prueba en la que los alumnos tuvieron mejores resultados, y de hecho ambos destacaron lo fácil de las preguntas, aunque tal y como explicó uno de los participantes en este experimento sus «exámenes de ciencias son más clásicos, sin preguntas tipo test ni imágenes», pero con una exigencia mayor en cuanto a contenidos.

Una cuestión compleja. Solo una de las preguntas seleccionadas -que no fueron todas las del cuadernillo que colgó el ministerio, porque era muy largo- tuvo cierta dificultad. Se hablaba de preparar unas magdalenas en el horno y el consejo de apagarlo antes de que terminase el tiempo previsto para ahorrar energía. La cuestión era elegir las ventajas que esta medida tenía para el medio ambiente, y había cuatro opciones: mejora la fotosíntesis de las plantas, la proporción de nitrógeno en la atmósfera, la calidad de las aguas o se reduce la lluvia ácida. Las ventajas de gastar menos electricidad son tantas que sorprende que solo valiese la última opción.

Inglés

Un «listening» muy largo. El examen de inglés era bastante amplio, y como en castellano incluía comprensión y expresión oral y escrita. La parte más complicada posiblemente fue el listening (los alumnos escuchan una narración y tienen que responde a preguntas sobre la misma). Según indicaban, la historia fue un poco larga y aunque el nivel de ambos alumnos permitió sacar adelante la prueba, este punto les resultó más complicado.

Indicaciones poco claras. Otro punto delicado fue completar las indicaciones para llegar a una dirección en Londres. Lo que marcaba el dibujo era diferente a lo que decían las señales, lo mismo que ocurrió en la reválida de tercero con el diseño de un camino por el interior de un teatro. La falta de claridad hace imposible saber si los alumnos respondieron correctamente.

Matemáticas

Imposible de obtener. Cuando los alumnos de sexto se prestaron a realizar estas pruebas, en la web del ministerio no se podía acceder al examen de comprensión matemática. Ayer sí estaba disponible.