Varios países no enviarán concursante a la próxima edición de Miss Universo tras las declaraciones del empresario contra los mexicanos
11 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.«México manda a su gente, pero no manda a lo mejor. Está enviando a gente con un montón de problemas. Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores. Asumo que hay algunos que son buenos». Cuando el pasado 16 de junio el magnate Donald Trump pronunció estas palabras en un acto en el que presentaba su precandidatura a la presidencia de Estados Unidos, seguramente no imaginaba que ese discurso acabaría actuando como un perfecto caballo de Troya contra sus propios intereses.
Resulta que las declaraciones de Trump, de 69 años, copropietario de la Organización de Miss Universo y con una fortuna estimada de 8.000 millones de euros, desataron una ola de reacciones que amenazan con hacer tambalear la celebración de la siguiente edición del certamen de belleza, además de hacerle perder unos cuantos millones.
La polémica alcanzó el clímax cuando Paulina Vega, que actualmente ostenta la corona de Miss Universo, sorprendió con unas declaraciones en su cuenta de Instagram que hacían frente al discurso xenófobo del empresario. «Encuentro los comentarios del señor Trump injustos e hirientes. Como colombiana quiero mostrar mi apoyo y avalar los sentimientos de la comunidad latina», escribió la actual reina del certamen.
Retirada de representantes
La respuesta del empresario neoyorquino no se hizo esperar y, lejos de pedir perdón, Trump contraatacó calificando a Paulina Vega de «hipócrita» por no renunciar a la corona obtenida en el 2014.
Mas allá de propiciar este intercambio de acusaciones, las palabras de Donald Trump llevan camino de mermar considerablemente el próximo certamen de Miss Universo. Varios países de América Latina, región donde tiene mayor seguimiento el concurso de belleza, anunciaron que no enviarán representante a la edición de este año, como represalia al comportamiento del magnate. Entre ellos se encuentran México, El Salvador, Costa Rica y Panamá, mientras que otros, como Venezuela, se están planteando adoptar la misma decisión. Colombia, país de nacimiento de la actual reina de la belleza, fue incluso más allá y a finales de junio anunció que retiraba su candidatura para ser sede del certamen en el 2016.
En el caso de Venezuela, la retirada supondría un verdadero varapalo para el concurso, si se atiende al hecho de que ese país es el líder en coronas de Miss Universo y el certamen es muy popular allí.
Cada año, alrededor de 1.000 millones de espectadores en todo el mundo ven el concurso en directo. La mayoría son ciudadanos de Asia y Latinoamérica. El evento genera millones de dólares en derechos de transmisión, publicidad y promoción de artículos vinculados al certamen y es la propia organización la que se encarga de comercializar la imagen de la ganadora del título, que firma un contrato para viajar por todo el mundo con la finalidad de participar en actos benéficos.
El problema para Trump es que ya ha dicho adiós a parte de esas ganancias. El pasado 25 de junio Univision, la principal cadena hispana de la televisión estadounidense, rompía su relación con la organización del concurso y anunciaba que no retransmitiría Miss Universo ni tampoco Miss USA, evento que también gestiona el empresario. Pocos días después, a la decisión de Univision se sumaba también NBC.
La ruptura de ambos contratos supone para Trump pérdidas de varios millones de dólares. El diario The Washington Post ha cifrado el valor del contrato que el magnate tiene por cinco años con Univision en 13,5 millones, mientras que se desconoce lo que cobraba por presentar The Celebrity Apprentice, programa en el que ejercía como presentador en la NBC, aunque se estima que la cantidad rondaría los 35 millones de euros anuales. Trump, no obstante, podría salir ganando a largo plazo si fructifica una demanda por 500 millones de dólares (alrededor de 450 millones de euros) que interpuso el 30 de junio contra Univision. Asimismo, el magnate acusó esta semana a NBC de violar los términos de su contrato y anunció su intención de demandar a la compañía norteamericana.
Candidatura a la Casa Blanca
El asunto puede pasarle una costosa factura a Trump y no solo en el aspecto económico. Están por ver las consecuencias que podría traer a la reciente postulación del magnate como candidato a la Casa Blanca. Se da la circunstancia de que la esposa de Jeb Bush, principal candidato por los republicanos, es mexicana y al ex gobernador de Florida no le gustaron nada las declaraciones realizadas por su colega de partido. «Este tipo de comentarios extraordinariamente feos no reflejan al Partido Republicano», señaló Bush en un desfile al que acudió el pasado 4 de julio. No ha sido el único que ha mostrado rechazo a las palabras de Trump dentro del partido y otros nombres fuertes, como Mitt Romney, también se desmarcaron de su discurso.
Las primeras encuestas, sin embargo, sitúan a Donald Trump segundo en la carrera de los aspirantes del Partido Republicano a la Casa Blanca, justo por detrás de Bush. De momento, no parece que a los votantes republicanos les importe demasiado la polémica.