«A Coruña corre por mis venas», aseguró el cantante ante un Coliseo abarrotado
09 ago 2015 . Actualizado a las 09:31 h.Alejandro Sanz volvió ayer a su «talismán»: el Coliseo de A Coruña, que lo recibió, como no podía ser de otro modo, con un lleno. Nada más abrir el concierto, el cantante madrileño se ganó al público al asegurar que lamentaba no haber podido empezar su gira en A Coruña, una ciudad a la que se siente especialmente unido y que le da suerte. «A Coruña corre por mis venas», declaró ante los 8.500 espectadores que llenaban el recinto.
El cantante hizo vibrar los cimientos del recinto con sus clásicos, y regaló desde el principio temas como Quisiera ser, El alma al aire, Desde cuándo o Si fuera ella. Pero fue con Corazón partío cuando más vibró el Coliseo. Una pirámide latió sobre el escenario, emulando un corazón con sus destellos rojizos. También las letras de su nuevo disco, Sirope, se corearon con entusiasmo.
La locura se desató desde el momento en que salió al escenario. Nadie se quedó con las ganas de echar un piropo al aire, aprovechando un momento fugaz de silencio, porque todos estaban allí para profesar su amor al madrileño. Y es que él tampoco perdió oportunidad de demostrar a sus seguidores que son «el jardín» de su «alegría». El detallazo fue la bandera de Galicia que alguien le lanzó al escenario y que él colocó sobre el piano.
Después, su ironía con sus propios movimientos: «No sé qué ha pasado con mi carrera de danza», bromeó.
Desde el foso hasta la tribuna superior era posible ver brazos en el aire cada vez que el músico así lo pedía, tal y como presagiaba el cartel de completo en la puerta. Solo los mexicanos Maná han conseguido igualar tal proeza. La voz rasgada del cantante estuvo a la altura del largo espectáculo.