Sexo y mentiras en la declaración del sacerdote español del «Vatileaks»

maría signo ROMA / CORRESPONSAL

SOCIEDAD

GIANLUIGI GUERCIA

Vallejo Balda dice que Francesca Chaouqui lo sedujo, y esta lo niega porque «no le gustan las mujeres»

01 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Muchas mentiras, contactos políticos y unas dosis de sexo aparecen en la memoria que monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda entregó al abogado que lo defiende en el caso Vatileaks 2. El diario La Repubblica publicó su contenido poco antes de que iniciara la sesión del tribunal que sienta en el banquillo al sacerdote español junto con la relaciones públicas Francesca Chaouqui, el colaborador del religioso, Nicola Maio, y los periodistas Giunluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, acusados de fuga y filtración de documentos reservados del Vaticano.

El contenido de la declaración de Vallejo ha hecho enfadar a Chaouqui, que prometió que lo dejará «en calzoncillos» sino se retracta. «Estoy preparada para querellarme por la fuga de noticias absurdas. Vallejo Balda, tal como es, no tiene ningún placer en venir a la cama conmigo y yo, conociendo millonarios y emires, si quisiera engañar a mi marido no lo haría con un viejo cura al que no le gustan las mujeres».

Y es que en su confesión, Vallejo cuenta que la joven lo sedujo en Florencia el 28 de diciembre del 2014, y que inmediatamente se arrepintió: «Yo no podía ceder. Tenía siempre delante de mí al papa que hablaba de la sacralidad de las mujeres casadas y del matrimonio». Chaouqui, dijo Vallejo, le contó que formaba parte de los servicios secretos de italianos y que su unión con Corrado Lanino era «un matrimonio de cobertura»; para corroborarlo, le mandó «fotos de Corrado con otra mujer, su verdadera esposa». También confesó el cura que llegó a tener miedo de la joven porque «tenía tantos números de teléfono» y relaciones estrechas con destacados personajes la política italiana como «Berlusconi» pues «acudía de forma habitual a sus fiestas en Roma».

El encuentro con los periodistas Nuzzi y Fittipaldi fue idea de Chaouqui, dice el español, y tuvo lugar el pasado mes de marzo cuando «Francesca organizó un aperitivo. Cuando llegué, vi a Nuzzi, al que ya conocía, pero hice como que no». El sacerdote reconoce que les entregó documentos: «Intenté darles aquellos menos peligrosos y dañosos, o de poco valor», y les pasó las contraseñas de los documentos en clave en su correo electrónico.

Cuando en el 2013 fue creada la comisión Cosea para reformar las finanzas vaticanas, el nombre de Francesca Chaouqui fue propuesto por Vallejo a instancias del cardenal Jean-Louis Tauran. Los problemas empezaron cuando en mayo del 2014 terminaron el trabajo de la comisión y la joven no recibió ningún cargo.

Ayer tenía que haber sido el interrogatorio de Vallejo Balda, pero el tribunal de la Santa Sede decidió suspender el juicio hasta el lunes día 7, aceptando así la petición del nuevo abogado de Francesca Chaouqui, que solicitó unos días para preparar el caso.

El papa: «No me quita el sueño»

Preguntado en el avión de regreso a Roma desde África, el papa dijo que serán los magistrados quienes dirán cuál es «la verdad». Asumió haber «cometido un error» con el nombramiento de Chaouqui y de Vallejo Balda, aunque saber que habían filtrado la información no le ha «quitado el sueño -dijo- porque han hecho ver el trabajo que se ha comenzado para buscar la corrupción y lo que no funciona bien».