En catorce provincias del este hay presencia del mosquito que contagia el virus
23 ene 2016 . Actualizado a las 08:07 h.Los mosquitos Aedes son los vectores que transportan el virus zika de un enfermo a otro, y estos mosquitos tienen presencia en España, concretamente en catorce provincias, casi todas mediterráneas. Por eso, el Ministerio de Sanidad alertaba ayer de que existe «riesgo real» de que, durante el verano, se den casos autóctonos de la enfermedad, que en condiciones normales no supone un gran quebranto de salud pero que resulta peligrosa para los fetos (especialmente durante el primer trimestre de gestación) y algunos tipos de enfermos, como quienes tienen VIH, por ejemplo.
Según una comunicación del Ministerio de Sanidad, «la probabilidad de que exista transmisión del virus zika en España va a depender de la presencia del vector en el entorno, la introducción del virus por un viajero infectado procedente de áreas endémicas (...) y la posibilidad de que el virus encuentre las condiciones favorables para su transmisión». Es decir, que un viajero con zika sea picado en España por un mosquito Aedes que, a su vez, pique a otra persona y le contagie la enfermedad. Hay que decir que la cuestión no es menor teniendo en cuenta «la alta incidencia de la enfermedad en zonas endémicas con estrecha relación con España y la susceptibilidad a la infección de toda la población española, al no haber estado en contacto previo con este virus». Por eso, Sanidad cree que «existe un riesgo de transmisión autóctona del virus zika real».
La ventaja que tiene España es que el mosquito Aedes que se da en el territorio nacional no es el Ae. aegypti sino el Aedes albopictus (mosquito tigre), que resulta menos activo y se ve solo de mayo a octubre. Las provincias en las que hay constancia del vector son: Cádiz, Málaga, Almería, Granada, Murcia, Alicante, Valencia, Castellón, Tarragona, Barcelona, Gerona, Huesca y Guipúzcoa.
Ante esto, el ministerio recomienda tomar medidas para la prevención de las picaduras, especialmente entre las gestantes. Y es que, aunque las evidencias científicas son escasas -la OMS no las da por buenas a pesar de tratarse de cinco autopsias de fetos y recién nacidos-, en Brasil se anunció la vinculación entre el virus zika y la microcefalia en recién nacidos. Para atajar la situación futura, Sanidad mantendrá próximamente una reunión con las comunidades autónomas para aprobar el protocolo de preparación y respuesta frente al virus.
Dos casos en Cataluña
En España, Cataluña explicó que en diciembre dos mujeres sudamericanas que no están embarazadas fueron diagnosticadas de zika. Según la Generalitat, no hubo ningún riesgo de salud pública para la población.
La sangre, clave
El virus se transmite entre personas, pero a través de la picadura de un mosquito de la familia Aedes. Este pica a alguien con el virus en la sangre y cuando vuelve a picar a otra persona le transmite algo de esa sangre, y con ella el virus.
Brasil suelta insectos modificados genéticamente
El virus zika no tiene tratamiento y no hay una vacuna que pueda evitar su transmisión. Por eso, las autoridades de las zonas más afectadas han decidido centrarse en el mosquito, el vector, para eliminar en la medida de lo posible el contagio. En la zona de Sao Paulo las autoridades han liberado millones de mosquitos modificados genéticamente para que su descendencia muera en la fase de larva. Los estudios apuntan a que se redujo en un 80 % el número de crías.
En paralelo, en numerosas ciudades del país se ha emprendido una política de fumigación de las zonas donde se han detectado más mosquitos, obligando a la gente, incluso, a abandonar sus casas temporalmente.
Dos años sin embarazos
La otra pata de la prevención es la educación. El objetivo es informar a la población de qué puede hacer para evitar el contagio y cómo actuar si ya se padece la enfermedad. De lo primero, lo más importante es evitar focos que sirvan de criadero de las larvas, que son depositadas en el agua (platos con agua bajo una maceta o los charcos en patios), protegerse con ropa larga al atardecer y usar repelente de insectos. En caso de enfermar, hay que aislarse para evitar la propagación en el entorno.
Como el zika no es peligroso excepto por su vinculación con daños neurológicos graves en los fetos y recién nacidos, en países como El Salvador se aconseja a las mujeres no quedarse embarazadas en los próximos dos años, o al menos evitar viajar a las zonas con más casos.