Demuestran que la inflamación que cronifica la obesidad se puede controlar

Raúl Romar García
R. ROMAR REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

José Pardo

El trabajo también abre la vía para evitar el efecto yoyó tras realizar una dieta

08 jun 2016 . Actualizado a las 07:36 h.

La obesidad no es solo un problema de peso. Es, sobre todo, una enfermedad inflamatoria crónica. Los kilos de más provocan un aumento de las células grasas que, a su vez, generan una inflamación crónica del tejido adiposo que acaba desencadenando síndrome metabólico (hipertensión, triglicéridos y colesterol alto), diabetes y riesgo cardiovascular. Este es el verdadero peligro, una amenaza real que tiene un nombre: lipoinflamación. Es la causa interna de la cronificación de la obesidad y, por primera vez, se ha demostrado que se puede luchar contra ella de forma eficaz. Es lo que ha demostrado un ensayo clínico comparativo, aleatorio, controlado con placebo, ciego simple y unicéntrico realizado durante seis meses a 29 pacientes obesos.

A los participantes se les dividió en dos grupos y a ambos se les sometió a una estricta y agresiva dieta verdaderamente hipocalórica, de menos de 800 calorías diarias, manteniendo el equilibrio proteico. Solo que mientras que al primero se le dio un placebo, al segundo se le suministró un ácido graso Omega 3, el DHA. En ambos casos los obesos bajaron 22 kilos de peso y redujeron su cintura en 20 centímetros, solo que en los miembros de la segunda cohorte se observó también una mejora significativa de los parámetros inflamatorios, con una reducción de los triglicéridos, colesterol LDL y un beneficio significativo de la insulinemia.

Los pacientes también siguieron el llamado protocolo PnK, que además de incidir en la dieta promueve el ejercicio y un cambio en el estilo de vida. Los investigadores que intervinieron en el estudio, publicado en Endocrine, realizaron el seguimiento mediante biomarcadores de inflamación, como interleuckinas, PCR o TNF Alfa, y mediante la medición de los líquidos de la membrana. Este estudio molecular ha supuesto una innovación y ha permitido, a su vez, confirmar que la lipoinflamación es la causa interna de la cronificación de la obesidad. 

«El objetivo no era solo conseguir una reducción del peso, sino mejorar los marcadores inflamatorios y reducir el impacto que tiene para la salud el efecto de la inflamación asociado a la obesidad», explica Diego Bellido coautor del artículo y coordinador de la Unidad de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol. En el trabajo, coordinado por Daniel de Luis, del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, también ha participado Felipe Casanueva, del Clínico de Santiago.

La lipoinflamación es también la responsable de que, después de seguir una dieta, al cabo del tiempo se vuelva a recuperar peso, por lo que actuando sobre los factores que inciden en ella se podría evitar el llamado efecto yo-yo

Dieta agresiva

Sin embargo, para mantener un peso adecuado tampoco es necesario seguir una dieta hipocalórica intensa a lo largo del tiempo. «Es cierto que es muy agresiva, pero luego al paciente hay que enseñarlo a comer normal», apunta Bellido, que también es vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad.

El estudio es solo un primer paso, ya que el objetivo final es identificar biomarcadores a largo plazo que faciliten luchar contra la cronificación de la obesidad y diseñar estrategias que permitan a las personas con exceso de peso no solo rebajar kilos, sino mantener este beneficio en el tiempo de forma eficaz y saludable.

La comida mediterránea rica en grasas vegetales no engorda

Seguir una dieta mediterránea no restringida en calorías y rica en grasas vegetales como el aceite de oliva virgen extra o frutos secos no conduce a un aumento de peso significativo en comparación con una dieta baja en grasa., según un amplio estudio publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology. El trabajo sugiere que las directrices actuales de la salud crean un miedo innecesario a las grasas saludables presentes en la dieta mediterránea, con conocidos beneficios para la salud. «Durante más de 40 años, la política nutricional ha abogado por una dieta baja en grasa, pero estamos viendo poco impacto en el aumento de la obesidad», asegura el autor principal del estudio, Ramón Estruch, investigador del CIBEROBN en el Hospital Clínic de Barcelona.